Sabina, Serrat y Alejandro Sanz llevan a Dani Martín a las ligas mayores

  • Javier Herrero.

Javier Herrero.

Madrid, 23 may.- No hubo declaraciones de amor en el segundo concierto en Madrid de Dani Martín, al menos no de las que interesan al papel couché, sino de las que lo consolidan a uno artísticamente frente a las críticas, porque vienen firmadas nada menos que por Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat y Alejandro Sanz.

"Esto es un sueño", ha dicho el ex vocalista de El Canto del Loco, que además ha recibido la visita de Leiva, Hombres G y el argentino Axel y que ha grabado toda la velada con la vista puesta en un futurible DVD para recordar una noche en la que, usando el título de uno de sus temas, pasó de "Cero" a cien.

Ha sido en el Palacio de los Deportes, ante el aforo completo, es decir, unas 16.000 personas (y más hombres de los que se pudiera pensar en principio), que se han desgañitado por un músico que en el año 2000 se coló en esta profesión desde la interpretación, con lo que parecía una afición complementaria, y cuyo segundo álbum en solitario, de título homónimo, fue de los más vendidos de 2013.

"Un aplauso para los críticos, que les vendrá bien", ha dicho el cantante en tono irónico en un momento de su concierto, demasiado consciente del escepticismo que aún despierta fuera de su círculo y de que, como señaló a Efe en su momento, es un artista pop, no "ese cantante de rock con una credibilidad acojonante", como le habría gustado.

Lo que no admite dudas es que a su gente les ofrece un espectáculo muy generoso en medios, con ocho músicos en el escenario, entre ellos un trío de viento que da alas a muchas partes del show, y también en duración.

Más de dos horas y media ha pasado sobre las tablas sin apenas descanso, sudando la gota gorda para repasar éxitos de los tiempos de ECDL con los que aún se identifica (nada de "Zapatillas" ni "La madre de José", pero sí "Contigo" y "Volverás", por citar unos pocos).

No ha roto del todo con aquellos tiempos, con su tosco gesto de chulo de barrio y temas pretendidamente más gamberros que, por otra parte, añaden velocidad al repertorio mientras avanza hacia un tipo de canción más melódica, como demuestra en su sentida interpretación de "Mi lamento" o la misma "Cero".

Con este tipo de cortes más recientes ha empezado la velada, en concreto con "Emocional", "Un millón de luces", "Mi teatro" y "Eres", en un primer bloque marcado por baladas efusivas y catárticas, disfrazadas bajo los punteos de guitarra, a las que tanto gusto está cogiendo, y que ha alternado con cosas menos densas, como "Caramelos" o "Eres tonto".

Les han seguido "Caminar", una bonita versión a dúo con su corista de "Contigo" y una sencilla pero emocionante interpretación solo a piano y voz de "Mi lamento", que compuso en recuerdo de su hermana, fallecida prematuramente.

"Os estamos grabando a todos, espero que os hayáis peinado, porque deseo que os vean en el mundo entero. ¡Desde ahora vamos a sacar el corazón madrileño!", ha gritado Martín a sus paisanos, antes de dar entrada al primero de los invitados, el argentino Axel, quien le ha acompañado en "Gretel".

No ha sido el único. Entre gritos ha aparecido el roquero Leiva, tocado con su sombrero a lo Keith Richards, para interpretar juntos uno de sus temas, "Terriblemente cruel", y otro del anfitrión, "Peter Pan".

También a escena han salido Hombres G, fuente de inspiración imprescindible en sus primeros tiempos, para entonar "Lo noto" e "Insoportable".

Entre medias, ha dedicado a su primo David Otero "El Pescao" la canción "Tal como eres" y se ha burlado de las críticas de los periodistas en "Estrella de rock", eso sí, sin evitar él mismo la pose, con la chaqueta de cuero remangada y mostrando los tatuaje de su antebrazo.

Las mayores sorpresas estaban por llegar, primero, con la aparición de Joaquín Sabina, su otro gran referente, para cantar el tema que comparten en el último disco de Martín, "Por las venas", y, después, con Joan Manuel Serrat, acometiendo los tres la actuación antológica de la noche bajo los acordes del mítico "Contigo" y su arranque: "Yo no quiero un amor civilizado...".

El músico aún se guardaba otra baza en la chaqueta de cuero, la participación de Alejandro Sanz en medio del estupor general para versionar "Qué bonita la vida".

"Hace 5 años nunca me habría imaginado que me podría pasar esto otra vez, de corazón, muchas gracias a todos, a mis padres, a mis músicos y a todos ustedes por comprar una entrada para venir a ver a este imbécil. ¡Força Atleti!", ha dicho este "colchonero" que, pase lo que pase mañana en la final de la Liga de Campeones, esta noche ya ha ganado.

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