Salida a hombros de Armendáriz y gran faena, sin premio, de Pablo Hermoso

  • La puerta grande de La Monumental de Pamplona se abrió hoy por segunda tarde consecutiva para que, esta vez, saliera a hombros el jinete navarro Roberto Armendáriz, que cortó tres orejas en la corrida de rejones de los Sanfermines, cuya mejor faena llevó la firma de Hermoso de Mendoza.

Paco Aguado

Pamplona, 6 jul.- La puerta grande de La Monumental de Pamplona se abrió hoy por segunda tarde consecutiva para que, esta vez, saliera a hombros el jinete navarro Roberto Armendáriz, que cortó tres orejas en la corrida de rejones de los Sanfermines, cuya mejor faena llevó la firma de Hermoso de Mendoza.

FICHA DEL FESTEJO

Seis toros, despuntados para rejones, de los hierros de Niño de la Capea (cuatro de Carmen Lorenzo, el tercero de San Mateo y el cuarto de San Pelayo), bien presentados, de dispares hechuras y de mucha nobleza y clase para el toreo a caballo, en especial el primero.

Hermoso de Mendoza: pinchazo hondo y rejonazo contrario trasero (palmas); pinchazo y rejonazo contrario trasero (oreja).

Sergio Galán: pinchazo y rejonazo trasero contrario (palmas); pinchazo y rejonazo trasero contrario (oreja).

Roberto Armendáriz: rejonazo desprendido (dos orejas); rejonazo trasero y descabello (oreja). Salió a hombros.

Segundo festejo del abono de San Fermín. La plaza se llenó en tarde nublada y fresca, con fuerte lluvia desde la lidia del cuarto toro.

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AGRAVIO COMPARATIVO

El arbitrario y populista criterio del público de las corridas de rejones provoca que, como ayer en Pamplona, el balance de trofeos no refleje en muchas ocasiones los verdaderos méritos de los jinetes.

Básicamente, una muerte rápida de los toros, y sobre todo al primer intento, suele bastar para que se pidan y se concedan orejas no siempre avaladas en el resto de la lidia, o que, en caso contrario, grandes actuaciones sólo se premien con unas rácanas palmas finales.

Esta paradoja se manifestó claramente hoy en Pamplona, con el muy desigual resultado de los dos rejoneadores navarros del cartel: salida a hombros de Roberto Armendáriz y por su propio pie de Hermoso de Mendoza.

En cambio, lo que pasó sobre la arena, encharcada y resbaladiza por la fuerte lluvia que cayó durante la lidia de los tres últimos astados, llevó la contraria al balance numérico, en tanto que el maestro de Estella cuajó una soberbia faena al primer toro, sólo empañada por un pinchazo que, en justicia, no debió restarle méritos.

Tuvo ese ejemplar de Carmen Lorenzo una bravura de gran clase que Hermoso aprovechó con temple, hondura, verdad y autenticidad de principio a fin, de manera magistral tanto a la hora de clavar con rectitud y despaciosidad, como en la forma de torear a caballo, con mando absoluto sobre esas excelentes embestidas.

Sin alardes espectaculares ni guiños a la galería, Hermoso dio una antología del rejoneo, pero que, inexplicablemente y ante un público que le tiene como uno de sus ídolos, sólo se premió con unas tibias palmas tras el arrastre del gran ejemplar salmantino.

Ese público pamplonés estuvo esta vez muy de parte del también navarro Roberto Armendáriz, que se fue centrando, desde las imprecisiones iniciales, con el tercero de la tarde, otro buen toro al que lidió con entusiasmo y ganas de agradar.

Y como el toro cayó a la primera, más por el habilidoso capotazo del auxiliador que por el efecto del rejón de muerte, se le concedieron dos orejas muy generosas, que luego sumó a la que paseó del sexto, al que hizo una faena correcta y con cierta cautela ante las malas condiciones en que el aguacero había dejado el ruedo.

Hubo también sendas orejas para Hermoso de Mendoza en el cuarto toro, por una faena de menor nivel que la anterior, y para el conquense Sergio Galán del quinto, al que puso más fibra y emoción en los embroques de banderillas que al segundo de la tarde, con el que el jinete conquense no pasó de correcto.

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