Viena, 9 mar.- El Festival de Salzburgo lamentó hoy la muerte de Gerard Mortier, su director entre 1991 y 2001, diciendo de él que luchó imperturbablemente por el arte y reconociendo que trabajar con el belga fue maravilloso pero también difícil, debido a su gusto por la provocación.
"Era maravilloso trabajar con él, cuando con competencia y pasión realizaba programas que previamente parecían irrealizables. Era difícil trabajar con él, cuando sus ganas de provocar herían a compañeros y artistas", reconoce en un comunicado Helga Rabl-Stadler, presidenta del Festival de Salzburgo.
"Su muerte es una trágica pérdida", lamenta Rabl-Stadler.
"Mortier quería que el Festival siguiera siendo el mejor y más importante del mundo. Sabía que, tras la muerte de su poderoso antecesor, Herbert von Karajan, tenía que cambiar mucho, y así lo quería. Logró establecer una era Mortier, tras la era Karajan", recuerda en la nota la responsable del Festival.
Rabl-Stadler explica que el objetivo del director belga fue colocar a Salzburgo en el tiempo actual, "donde el público se planteara preguntas sobre un mundo complejo", al tiempo que los artistas reflejaban el sentido del arte.
"Con su programa quería apasionar a todos, tanto a intelectuales como al ciudadano normal. Juntos vivimos el convencimiento de que ningún festival del mundo puede hacerse contra la población local", explica Rabl-Stadler, que defiende cómo Mortier trabajó para que la gente de Salzburgo hiciera suyo el Festival.
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