Santiago Feliú, el "hippie" coherente y desgarrado de la trova cubana

  • El músico cubano Santiago Feliú, fallecido hoy en La Habana a los 51 años, fue uno de los grandes de la Nueva Trova Cubana, a la que su impronta de "hippie" coherente dejó influencias marcadas por el rock y una visión desgarrada de la vida.

Anett Ríos

La Habana, 12 feb.- El músico cubano Santiago Feliú, fallecido hoy en La Habana a los 51 años, fue uno de los grandes de la Nueva Trova Cubana, a la que su impronta de "hippie" coherente dejó influencias marcadas por el rock y una visión desgarrada de la vida.

La inesperada muerte de Feliú, víctima de un infarto, consternó hoy al mundo cultural cubano, en el que era una especie de autor de culto que no creía en la fama y ofrecía espaciados conciertos a un público fiel que lo llamaba "Santi", "El Eléctrico" o "Santiaguito".

Medios oficiales informaron de que el cadáver de Feliú será incinerado y añadieron que este miércoles un grupo de trovadores cubanos se reunirá en la sede del Instituto Cubano de la Música en La Habana para rendirle tributo.

Nacido en La Habana el 29 de marzo de 1962, Feliú era hermano menor del también músico Vicente Feliú, cuyas descargas con amigos y fundadores de la Nueva Trova Cubana como Silvio Rodríguez y Noel Nicola presenció desde niño.

Muy pequeño aprendió a tocar la guitarra con la zurda, un detalle que marcaría en el futuro su estilo sobre los escenarios, y en la adolescencia decidió dejar la escuela para dedicarse a la música.

Sus composiciones, con una poderosa carga lírica e influencias del rock y de la trova tradicional cubana, irrumpieron a finales de la década del 70 como parte de lo que se llamaría la segunda generación de la Nueva Trova o la Novísima Trova.

Feliú conformó ese grupo junto a otros músicos como Carlos Varela, Gerardo Alfonso y Frank Delgado. Se distinguió por una obra que combinó el absoluto lirismo con textos más severos y sobrios sobre el amor, los problemas sociales o la política.

Sus composiciones, desde la rabia y el compromiso, se resumen en 11 discos grabados en estudio y en vivo.

Destacan "Vida" (1986), con el que debutó, y "Náuseas de Fin de Siglo" (1991), "Ansias del Alba" (1997), "Sin Julieta" (2002) y "Ay la vida" (2010), su última producción.

Definido como "un hippie del comunismo" por el autor cubano Juan Pin Vilar en un libro dedicado a su figura, Feliú fue siempre visto como un "rebelde" y un "utópico", muy ligado a lo "underground".

Se movía al "otro lado de la vida" y era adicto al "bajo cero", como él mismo describió alguna vez su afición por ciertos estados de depresión o tristeza musical.

Por otro lado, siempre mostró interés y compromiso con los movimientos sociales, desde la revolución cubana, de la que fue tanto crítico como elogioso, hasta el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el disuelto M19 de Colombia.

Era uno de los trovadores cubanos con mayor poder de convocatoria en Latinoamérica y acompañó en sus giras a cantautores como Joan Manuel Serrat, Luis Eduardo Aute, Fito Páez, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez.

Vivió en Colombia y Argentina, nación esta última a la que consideraba su "segunda casa" y donde se ganó el título del "más porteño de los habaneros".

En la Casa de las Américas de La Habana celebró en 2012 sus 50 años de vida con un concierto único que estuvo abarrotado por seguidores de todas las edades.

En una entrevista concedida a propósito de esa actuación, sostuvo que sus canciones eran "para mayores de 40 y para jóvenes muy intuitivos" y afirmó que más de la mitad de su público vivía fuera de Cuba aunque también sabía que lo seguían "muchos jovencitos".

Su próxima presentación estaba prevista para este sábado en La Habana, como parte del espacio Fábrica de Arte Cubano, un proyecto de su colega el músico X Alfonso.

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