Sergio Blanco, herido grave en Madrid: "hay que apretar los dientes y seguir"

  • El novillero Sergio Blanco, herido grave ayer en Las Ventas, ha pasado la noche con tan fuertes dolores que "ni siquiera los calmantes han hecho efecto", aunque lo que más le aflige es la ansiedad por volver a torear de nuevo: "los médicos dicen que es complicado, pero hay que apretar los dientes y seguir".

Juan Miguel Nuñez

Madrid, 5 sep.- El novillero Sergio Blanco, herido grave ayer en Las Ventas, ha pasado la noche con tan fuertes dolores que "ni siquiera los calmantes han hecho efecto", aunque lo que más le aflige es la ansiedad por volver a torear de nuevo: "los médicos dicen que es complicado, pero hay que apretar los dientes y seguir".

Porque "la cornada ha venido en el peor momento. Ahora que tenía fechas más seguidas, los próximos viernes, sábado y domingo, tres paseíllos en tres días. No puedo parar. Más que una ilusión, esto es mi vida. Así que ya veremos que pasa de aquí en cinco días", advirtió Blanco (Bucaramanga, Colombia, 1991).

El percance fue la noticia del festejo que inauguró anoche en la monumental de Madrid el Certamen Ocho Naciones de novilladas picadas. Una cornada, según el parte médico, "en el tercio medio de la cara externa del muslo derecho, con dos trayectorias, una descendente de 15 centímetros y otra ascendente de 10 que produce destrozos en los músculos tensor de la fascia lata, vasto externo y alcanza el fémur".

Sin embargo, permaneció en el ruedo tras caer herido, llegando a entrar por su propio pie a la enfermería después de estoquear al novillo. Todavía en la enfermería pidió que le vendaran para volver a salir a dar cuenta de su segundo astado, pero los facultativos fueron tajantes al decirle que "esto ya es responsabilidad nuestra" dormirle con la anestesia general.

Efectivamente, reconoce ahora Blanco, "el orificio por donde entró el pitón parecía minúsculo, pero la extensión de la cornada era grande, lo pude comprobar cuando el médico metió la mano, y le entraba la muñeca. Ahí ya me dejé aconsejar".

A pesar de que la herida es "limpia", porque no afecta a vasos importantes, el músculo quedó destrozado. "Esa es la gravedad. La segunda trayectoria como consecuencia de hacerme girar cuando me tenía metido el pitón, que llegó hasta el hueso".

Con esos destrozos no se explica que ni llegara a mirarse para seguir en el ruedo, y más aún con lo peligroso que estaba resultando el novillo. "Uno va con tanta ilusión, te sientes tan bien, muy firme. Pero, se cumple el dicho de que 'el toro todo lo descompone'. Me di cuenta enseguida que 'se metía' por los dos pitones. Pero había que tirar la moneda al aire. La única alternativa era jugársela".

Lamentablemente para Blanco salió cruz. "Es lo que tiene el toro. Aunque lo importante es no echar el paso atrás. Mi situación no es fácil. Era mi séptima novillada de este año, y la cuarta en Madrid, donde no he tenido suerte con el ganado, aunque ya tuve en las manos un triunfo importante al cuajar un novillo del Jaral de la Mira que luego pinché. Voy a seguir, y lo conseguiré", reflexiona.

En cualquier caso Blanco tiene que asumir el obligado parón por este contratiempo. "Si pierdo las tres novilladas de este fin de semana, procuraré retomar todo en las siguientes oportunidades. Ya me han hablado los apoderados de Moralzarzal, Azuqueca de Henares y otras ferias y plazas de la zona Centro donde estaremos".

La carrera del colombiano, con antecedentes familiares taurinos ya que su padre fue novillero en su país, se inició en 2006 al apuntarse en la Escuela de Tauromaquia de Madrid, de donde saldría dos años después para debutar con caballos el 25 de diciembre en la feria de Cali (Colombia).

En la habitación 330 de la clínica madrileña "La Fraternidad" los sueños de Sergio Blanco son una mezcla de pesadillas e ilusiones que van y vienen entre el dolor físico y la impotencia por no poder estar ni siquiera de pie.

A su lado, la madre, callada y muy sufrida, tan comprometida como él en ese anhelo de llegar a figura del toreo. "Se lo merece más que nadie, pues se vino conmigo a España para que lo tenga todo. Gracias a Dios que con ella no me falta nada".

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