Serra lleva al Lliure la misteriosa abducción de un cineasta surcoreano

  • Barcelona.- "Pulgasari" es el nombre de la obra teatral escrita, dirigida e incluso interpretada por el cineasta Albert Serra, que se ha inspirado en la misteriosa, rocambolesca y, a la vez, verídica historia de un director de cine surcoreano y su mujer, presuntamente secuestrados por el régimen de Corea del Norte.

Serra lleva al Lliure la misteriosa abducción de un cineasta surcoreano
Serra lleva al Lliure la misteriosa abducción de un cineasta surcoreano

Barcelona.- "Pulgasari" es el nombre de la obra teatral escrita, dirigida e incluso interpretada por el cineasta Albert Serra, que se ha inspirado en la misteriosa, rocambolesca y, a la vez, verídica historia de un director de cine surcoreano y su mujer, presuntamente secuestrados por el régimen de Corea del Norte.

En cartel hasta el 30 de mayo en la Sala Fabià Puigserver del Teatre Lliure de Barcelona, "Pulgasari" es la primera incursión de Serra en el mundo del teatro, tras haber rodado varios largometrajes desde 2003 y haber recibido el Premio Gaudí 2009 al mejor director y al mejor filme en catalán por "El cant dels ocells".

"Pulgasari" es una obra radicalmente austera, conceptual, despojada de toda decoración, donde tres actores -Albert Serra, Montse Triola y Xavi Gratacós- se mueven entre lo onírico y lo real, una representación poética, abstracta, del delirante caso de Shin Sang Ok y su mujer, Choi Eun Hee.

"La puesta en escena pretende ser tan enigmática como la historia de Shin Sang Ok y Choi Eun Hee, tan hermética como el propio régimen comunista norcoreano", explica Serra en una entrevista con Efe.

En los años setenta, Shin era uno de los directores de cine más prestigiosos de Corea del Sur, le avalaban más de 20 años detrás de la cámara, pero el régimen derechista de Park Chung Hee vio en él la semilla de la subversión, clausuró sus estudios y le prohibió seguir ejerciendo su profesión.

En la vecina Corea del Norte, Kim Jong Il, hoy líder absoluto del país y ya entonces mano derecha de su padre, el todopoderoso Kim Il Sung, de quien heredaría el trono comunista a su muerte en 1994, se frotaba las manos.

Cinéfilo empedernido, adicto a irrumpir en los rodajes para dar instrucciones a directores, actores, iluminadores y operadores de cámara, Kim Jong Il soñaba con "fichar" a Shin y Choi para que le ayudaran a imprimir un salto de calidad en el esclerótico cine norcoreano, concebido por el régimen como una poderosa arma propagandística para aleccionar a las masas.

Unas versiones señalan que fueron secuestrados y trasladados en secreto a Pyongyang, otras aseguran que Shin y Choi desertaron por voluntad propia, pero sea como sea ambos aparecieron a finales de los años setenta en pleno "paraíso socialista", donde produjeron media docena de películas, entre ellas la entrañable "Pulgasari", una historieta de 'serie b' protagonizada por un monstruo medieval definible como el Godzilla norcoreano.

En 1986, Kim Jong Il autorizó a la pareja a viajar a Viena para presentar una de sus últimas producciones, viaje que aprovecharon para burlar a su séquito de agentes de la inteligencia norcoreana, atrapar un taxi y alcanzar a toda velocidad la embajada de EEUU, desde la que consiguieron marcharse al exilio.

"Un cineasta francés, amigo de Shin, me contó la historia y me pareció fascinante. Cuando me encargaron escribir una obra de teatro que girase en torno al cine, quise darle un enfoque original y se me ocurrió que podría basarme en esos hechos tan extraños y confusos", relata Serra.

El resultado es una obra en la que "el gran protagonista es el texto", donde Shin y Choi aparecen dialogando con el mismísimo Kim Jong Il, intentando encajar su "idealismo privado" como director y actriz dentro del "idealismo colectivo" que encierra el proyecto del régimen de utilizarles a ambos para dar lustre al cine norcoreano.

"Siempre me ha fascinado la locura de esa dictadura que antepone su fanatismo ideológico a todo lo demás, incluso a su propio interés porque lo paga con su aislamiento internacional", afirma Serra.

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