Solitaria oreja para Morante en el inicio de San Mateo en Logroño

  • El diestro José Antonio "Morante de la Puebla" cortó la única oreja del mano a mano que dirimió hoy con Miguel Ángel Perera como pistoletazo de salida a la feria de San Mateo de Logroño.

Logroño, 19 sep.- El diestro José Antonio "Morante de la Puebla" cortó la única oreja del mano a mano que dirimió hoy con Miguel Ángel Perera como pistoletazo de salida a la feria de San Mateo de Logroño.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Vellosino, el tercero como sobrero, muy justos de presentación, sobre todo el primero, toro nada apto para una plaza como la de Logroño, y de juego variado. Sin clase, primero y sexto; flojo el segundo; descastado el tercero; y noblotes, cuarto y quinto.

José Antonio "Morante de la Puebla": dos pinchazos, estocada tendida y descabello (ovación tras aviso); metisaca, dos pinchazos y estocada atravesada (pitos); y estocada caída (oreja tras aviso).

Miguel Ángel Perera: pinchazo y descabello (silencio), pinchazo y gran estocada (ovación tras aviso); y estocada y descabello (ovación tras aviso).

En cuadrillas, Juan Sierra se desmonteró en el segundo.

La plaza tuvo algo más de media entrada.

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SE ESPERABA MÁS

Morante mostró pronto su toreo de capote con los lances de recibo a su primero, momento en el que ya empezó a intuirse la poca fuerza del astado. Muleta en mano sacó a su oponente a los medios con torería pero sin obligarlo, viéndose a continuación a un Morante relajado y dispuesto, logrando lo más rotundo de su labor con dos grandes naturales, aunque resultara desarmado en uno de ellos.

Con la derecha poco pudo hacer el de Puebla del Río más que pasajes sueltos, y cuando la faena parecía que iba a tomar vuelo el astado acabó rajándose, buscando la huida hacia las tablas. No estuvo acertado con la espada, dando tiempo a que sonara un aviso.

Devuelto por el inválido el tercero, saltó en su lugar un sobrero del mismo hierro que pronto empezó a quedarse corto por su falta de codicia y pocas fuerzas, lo que hizo que se defendiera en la muleta a base de arreones, topando en vez de embestir, y punteando las telas de un Morante que, esta vez, optó por abreviar.

En el quinto caló Morante con un eléctrico quite por verónicas y chicuelinas, muy jaleado por un público muy a favor suya. El toro, apenas castigo en el caballo, empezó a perder fuelle ya en banderillas por sus pocas fuerzas y Morante, que mostró su buena disposición brindando faena al público, logró pasajes sueltos a base de insistir mucho, darle al toro sus tiempos y no apretarlo.

Muy al final llegó la serie más compacta y rotunda de la faena, antes de sonar un aviso sin que Morante hubiera montado aún la espada, que cayó muy baja, aunque no fue óbice para que cortara una oreja.

Perera se gustó toreando de capote a su primero, toro que cobró dos ligeros picotazos en el caballo, y que en banderillas ya empezó a buscar las tablas. El extremeño no encontró la tecla por el pitón derecho y cuando fue a cambiarse de lado para tratar de exprimirlo al natural el astado se partió una mano, poniendo fin así a toda posibilidad de faena.

La faena de Perera al cuarto tuvo un apropiado comienzo con series largas por el derecho, cuidando en no bajar las telas, dando tiempos al astado y comprendiendo muy bien los terrenos, para acto y seguido "romper" con derechazos largos y ligados, y otros naturales sin estrecheces.

Faena de mucho mando para no dejárselo (al toro) ir a tablas y final de faena con toreo de cercanía sacando todo lo que tenía dentro el noble "vellosino". Lástima del pinchazo que antecedió a la gran estocada final, dejando todo en una gran ovación.

El sexto fue un animal descastadito y sin clase con el que Perera llevó a cabo una faena de más a menos. Hubo momentos buenos en la apertura, pero el astado pronto iría apagándose, momento en el que el extremeño, todo voluntad, también optó por no complicarse la vida.

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