Stoppard remueve los cimientos del amor en la "Realidad" de Cámara y Pujalte

  • Madrid.- Mentira, traición y adulterio son los agentes de los que se sirvió en 1982 el dramaturgo británico Tom Stoppard para remover los cimientos del amor y los suyos propios en "Realidad", un "clásico" que protagonizan ahora en el María Guerrero Javier Cámara y María Pujalte dirigidos por Natalia Menéndez.

Madrid.- Mentira, traición y adulterio son los agentes de los que se sirvió en 1982 el dramaturgo británico Tom Stoppard para remover los cimientos del amor y los suyos propios en "Realidad", un "clásico" que protagonizan ahora en el María Guerrero Javier Cámara y María Pujalte dirigidos por Natalia Menéndez.

A Cámara y Pujalte les impresiona, a la vez que les apetece, que Stoppard -guionista también de "Shakespeare in love" o "Brazil"- asista a la representación del próximo día 2 pero a Menéndez le provoca más bien "curiosidad" porque, asegura, no es nada "mitómana" y tampoco se trata "de un examen".

Los tres han presentado hoy, junto al director del Centro Dramático Nacional, Gerardo Vera, "Realidad", el "pistoletazo de salida" de las jornadas dedicadas a Stoppard, que visitará España para asistir a la función, a la lectura de piezas radiofónicas y a la presentación de la traducción de la "cumbre del teatro actual", la "descomunal""La costa de la utopía", entre otros actos.

Vera eligió esta obra de Stoppard, el "más grande" de los autores anglosajones actuales, para representarla en el María Guerrero por su "profundidad intelectual" y porque construye "un juego lleno de dolor de vivir, de emociones, que hace pensar y sentir".

En su opinión Menéndez ha logrado dar al montaje una "carga poética" inusitada y no puede imaginar a otros actores que Cámara y Pujalte para protagonizarla.

"No claro, ni a Jeremy Irons ni a Glen Closse -que la han representado- ni a nadie", ha bromeado Cámara, que entiende que Stoppard revela en esta obra "súper actual" un total dominio de la arquitectura dramática y, a la vez, una sinceridad autobiográfica que quizá explique por qué está considerada una de las mejores piezas británicas de finales del siglo XX.

"Hay escenas entre las parejas -Juan Codina y Arantxa Aranguren son otros de los siete intérpretes- que si uno no las ha vivido no se pueden contar así de bien", resume el actor, que se asombra de que el autor se de "tanta caña" poniendo en boca de las mujeres, "demoledoras y muy inteligentes", "semejantes" insultos al protagonista.

Cámara afirma que Stoppard se juzga constantemente y cuestiona el matrimonio, la monogamia y el adulterio de una forma que, confiesa, deja a los actores "chafados" porque "lo que pasa en la obra nos ha pasado a todos alguna vez: todos hemos mentido, hemos engañado y nos han traicionado y hemos sido mezquinos, rastreros pero también románticos".

El autor, dice Cámara, "tiene un poquito para todos, aunque sea él el que se da más caña" y dice, además, "barbaridades maravillosas" sobre los abusos de la televisión, la manipulación de la prensa o el compromiso social "de boquilla", del de "voy a salvar niños a la India con mis botitas de Saint Laurent".

Por eso -resumen Pujalte y él-, tantos años después, el texto, que mezcla "escenas muy dramáticas con otras cómicas y, sobre todo, muy sorprendentes", sigue siendo un éxito, "porque te remueve y remueve los cimientos de todo".

El personaje de Pujalte en esta "coctelera de ideas" es "complicado" porque es una mujer insegura que está aprendiendo a amar en una relación en la que ambos "se quieren mucho y a la vez se equivocan mucho", aunque ese proceso de búsqueda de "saber cómo sentir" tenga "final feliz".

"Me fascina cómo Stoppard describe de esa manera tan descarnada lo que es de verdad una pareja", desvela la actriz, que admite que es la obra que más le "ha removido" en su vida, una "montaña rusa" en la que se monta cada día.

Menéndez, que se declara "muy emocionada", destaca la agilidad, la capacidad de jugar con el equívoco y de crear dobles y triples intenciones, y el humor sarcástico, "para luego colarse en el corazón", de Stoppard, interpretable todo ello sólo por actores "con humor, inteligencia, astucia y capacidad de compromiso".

La escenografía de "Realidad" -que se representará entre el 28 de enero y el 7 de marzo y de la que no se hará gira- es de Alfonso Barajas, que hace "un homenaje al espacio y el tiempo", según la directora.

Concha Barrigós.

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