Távora reivindica la belleza y simbolismo del toreo en su último espectáculo

  • El director Salvador Távora reivindica "la belleza de las corridas de toros, con sus tercios, su colorido, sus riesgos, su geometría y su erotismo" en su último espectáculo "Memorias de un caballo", que La Cuadra de Sevilla estrenará el 11 de septiembre en Barcelona, antes de viajar a Sevilla y Madrid.

Barcelona, 4 sep.- El director Salvador Távora reivindica "la belleza de las corridas de toros, con sus tercios, su colorido, sus riesgos, su geometría y su erotismo" en su último espectáculo "Memorias de un caballo", que La Cuadra de Sevilla estrenará el 11 de septiembre en Barcelona, antes de viajar a Sevilla y Madrid.

El director de esta veterana compañía teatral ha defendido hoy en Barcelona "la identidad andaluza" en un momento "como el actual, en el que quieren borrar nuestra voz, nuestros caballos y nuestros toros".

"Es necesario que haya teatros en catalán, en andaluz y en extremeño porque no hay mayor fascismo que la uniformidad", ha dicho el dramaturgo, consciente de que defender la identidad andaluza a través del toreo puede ser mal entendido en Barcelona, ciudad antitaurina desde el año 2004, cuando el ayuntamiento aprobó una declaración institucional al respeto.

"Barcelona es una plaza difícil -ha reconocido Távora-, pero es una plaza conquistable si ofreces sinceridad y autenticidad".

En este sentido, la coordinadora del espectáculo, Lilyane Drillon, ha añadido que "estrenar en Barcelona siempre facilita que el espectáculo tenga más recorrido, porque estrenar en Sevilla puede suponer no salir de Andalucía".

"Memorias de un caballo andaluz" es un espectáculo sin palabras, que se dirige "a los sentidos" a través de la danza, la música, el movimiento y la escenografía.

"Es como un cuadro en movimiento", ha aclarado Távora, que espera que su búsqueda estética sirva para "combatir las atrocidades que se están cometiendo en estos momentos".

El caballo Cascanueces, un bellísimo corcel blanco, es el protagonista de este montaje, que empezó a gestarse cuando Salvador Távora releyó una frase de Miguel de Unamuno que recuerda que "en la historia de los pueblos hacen más ruido dos hombres a caballo que cien arando".

El caballo es símbolo de poder y su figura ha sostenido durante siglos a reyes y caballeros que han arrollado a campesinos, pero también es un animal noble e íntimamente ligado al ritual del toreo en "un entorno más popular".

Esta segunda faceta es la que quiere destacar Távora en su último espectáculo, que busca "la emotividad y lo popular", lejos del "elitismo de ciertas obras teatrales".

El toro de "Memorias de un caballo andaluz" no es un animal real, como lo era el de la polémica "Carmen" que Távora llevo a las plazas españolas, sino que esta interpretado por un actor y bailarín que cubre su cara con una cabeza de toro ensangrentada.

El pasodoble es la música elegida para "Memorias de un caballo", un espectáculo "que busca la reflexión" y que es fruto "del pacto de muchos dolores", entre ellos los que sufre la propia compañía que se siente "en un pozo" y ve amenazada su continuidad por falta de recursos económicos, según ha asegurado Lilyane Drillon.

Mostrar comentarios