Quico Cadaval, en la inauguración de Titirimundi: "Si el teatro es alimento, la marioneta es alta cocina"

EUROPA PRESS

A lo largo de un relato en clave de humor, Cadaval ha indicado que el teatro de marionetas "es como un input de vida", ya que el títere "es más vivo que un ser humano". Igualmente, "citando a Freud" ha comentado que "las malas personas hacen lo que las buenas se conforman con soñar", estableciendo un paralelismo entre esa sentencia y los títeres de garrote. Y es que "la marioneta es capaz de las mayores atrocidades para que nos vayamos a soñar tranquilamente por no haberlas hecho nosotros", ha apuntado.

Además, Cadaval ha destacado que "el muñeco hace lo que debe y lo que quiere al mismo tiempo", algo que no pueden desarrollar "los actores de carne y hueso". No en vano, "la mano es el órgano más inteligente del ser humano", según ha argumentado, "y lo que nos hizo humanos". En consecuencia, si "el teatro es alimento, la marioneta es alta cocina".

El pregonero de esta edición también ha criticado que términos relacionados con el teatro de títeres, como fantoche o marioneta se empleen como insultos. Igualmente, ha ironizado con "la vuelta de la censura", que es "maravillosa", porque "te hace tener cintura". En ese sentido, Cadaval ha aseverado que "hace ochenta años que murió Valle-Inclán y está más vivo que nunca", concluyendo que "ha vuelto la fiesta de siempre: la censura dándole a los artistas y los artistas dándole a la censura".

A continuación, el Teatro Juan Bravo ha acogido tres piezas breves, con las que la organización de Titirimundi ha querido simbolizar la evolución del teatro de marionetas en los últimos treinta años. Para empezar, 'Sand Animation', de Ferenc Cakó, Palma de Oro en Cannes en 1998 y Oso de Oro en Berlín en 1994 por sus animaciones con arena. A continuación, 'El Arca de Noé', perteneciente al montaje de teatro de objetos 'Entre diluvios', de la compañía salmantina La Chana. Y, finalmente, 'El trampolinista', de 'Poemas visuales', de Jordi Bertrán.

El director del festival, Julio Míchel, ha destacado la novedad en el formato de la gala de inauguración. En declaraciones recogidas por Europa Press, ha explicado que se trata de una selección de "tres momentos importantes de estos últimos años en la historia del teatro de títeres", que han marcado hitos. Una manera de ver "de dónde veníamos" y cómo ahora "estamos en otro nivel y en otros lenguajes más contemporáneos".

Míchel ha remarcado que Segovia ya respira "emoción y optimismo" y que "se nota el deseo de gozar de Titirimundi". Además, "están vendidas prácticamente todas las entradas", lo que "significa que hay mucho interés". Antes de la gala celebrada en el Teatro Juan Bravo, algunos espectáculos han tomado las calles de la ciudad. Es el caso de un pasacalles que homenajea la Comedia del Arte y que ha recorrido la plaza del Azoguejo, la Calle Real y la Plaza Mayor. Son italianos y representan "todos los personajes, perfectamente caracterizados y con sus instrumentos musicales", como ha destacado Míchel.

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