Una biografía se adentra en la compleja personalidad de August Strindberg

En las cerca de 400 páginas que conforman el volumen, Guinart apunta con una profusa documentación una visión integral de la figura de Strindberg (Estocolmo, 1849-1912) desde todos los puntos de vista al conocido como 'Cervantes sueco'.

En una entrevista de Europa Press, el autor ha explicado que al lector en castellano le ha llegado el retrato que se ofrecía de Strindberg en las solapas de los libros traducidos y que siempre abordaban su supuesta locura: "Ya está bien de decir que estaba loco", ha señalado.

Guinart (Barcelona, 1981) ofrece un retrato psicológico que va más allá de la "visión ficcionada" que ofrece en sus libros el propio autor, que en ocasiones se ha confundido con su personalidad real, en un intento de acercar al público tanto a la persona como al personaje.

El interés del autor por la figura de Strindberg --los dos han trabajado como bibliotecarios, una "feliz coincidencia"-- surgió tras la lectura de un prólogo al volumen de poesía del sueco en el que hablaba de cómo atrapa el dramaturgo sueco y a partir de ese momento comenzó a adentrarse en su obra, de la que ha dicho que solo está traducida al castellano entre un 30% y un 40%.

La biografía repasa también la obra del dramaturgo sueco, renovador del teatro moderno y precursor del teatro de la crueldad, cuya obra ha influenciado a autores como Thomas Mann o Franz Kafka, la escenografía escandinava y al cineasta Ingmar Bergman, quien profesaba una enorme admiración por Strindberg.

Más allá de la obra literaria del autor de 'La señorita Julia', la biografía también muestra las aproximaciones de Strindberg a la alquimia, el periodismo, la fotografía, la escultura y su atracción por los misterios: "Quería que el mundo fuera como él lo imaginaba"

CONTIENDA STRINDBERG

Uno de los aspectos que rodean a la figura de Strindberg es su faceta de polemista, cuyo mayor ejemplo es lo que se conoce como la 'contienda Strindberg', surgido después de un artículo suyo contra el rey sueco Carlos XII y que duró meses.

Guinart ha explicado que en sus polémicas el dramaturgo sueco contó con el aplauso de las clases populares --a su funeral asistieron 50.000 personas-- por sus furibundos ataques a las instituciones y la monarquía, pese a que en depende qué temas sus opiniones eran poco defendibles.

Durante su vida, las polémicas y las malas críticas a sus obras llevaron a Strindberg a huir de Suecia algunos periodos: "Siempre se sintió muy solo y muy poco apoyado por los suyos", ha afirmado Guinart, pese a que después ha sido considerado uno de los gigantes de la literatura escandinava.

"Era un genio en el sentido clásico, incontrolable, lidiaba su genialidad con la timidez", ha señalado Guinart, quien tuvo miedo de acabar odiando la figura del dramaturgo al iniciar la redacción de la biografía, pero que en cambio le ha llevado a conocerlo mejor en su faceta más humana.