Rossini inaugura en el Real una temporada que arranca con polémica

  • "El barbero de Sevilla", de Rossini, una ópera gozosa y brillante, en un montaje de Emilio Sagi "vitalista y con mucho color", inaugurará este sábado la temporada 2013-2014 del Real, que arranca con polémica, tras la destitución ayer de Gerard Mortier, hasta ahora director artístico del Teatro.

Madrid, 12 sep.- "El barbero de Sevilla", de Rossini, una ópera gozosa y brillante, en un montaje de Emilio Sagi "vitalista y con mucho color", inaugurará este sábado la temporada 2013-2014 del Real, que arranca con polémica, tras la destitución ayer de Gerard Mortier, hasta ahora director artístico del Teatro.

Un montaje que ya fue un éxito en 2005, cuando se estrenó en este mismo escenario con dos grandes en el reparto, Juan Diego Flórez y María Bayo, que recibió muy buenas críticas y algún que otro premio y que, después de Madrid, viajó a Los Angeles, Lisboa y París.

Sagi vuelve de la mano de Rossini al teatro del que fue director artístico durante cinco años, entre 2001 y 2005, que él siente como su casa y muy agradecido hacia Mortier por haberle "regalado" la oportunidad de abrir temporada.

Y vuelve con esa inyección de "energía positiva" que es, en opinión de un rossiniano entusiasta como es Sagi, la música de Rossini y, más concretamente, su "barbero", una partitura magistral "que debe mucho a España, un país que el compositor amaba mucho", recordó.

En una rueda de prensa junto al director musical del montaje, el checo Tomas Hanus, que debuta en el Real, y el director general del Teatro, Ignacio García-Belenguer, Emilio Sagi habló de la versatilidad de la música de Rossini, de su teatralidad y creatividad, dos aspectos que él ha querido dejar en evidencia con este montaje.

Un montaje que comienza en blanco y negro y concluye a todo color, vitalista y optimista, al que Sagi apenas ha tenido que hacer retoques, a pesar del tiempo que ha pasado.

Cuando Emilio Sagi se puso a trabajar en este "Barbero de Sevilla", cuando en 2005 se estrenó, eran tiempos de optimismo en España, y aún los primeros síntomas de la crisis no habían aparecido en el horizonte. Hoy, las circunstancias son radicalmente distintas, el pesimismo y el enfado se han instalado entre los españoles, pese a lo cual Sagi haría el mismo montaje, con tanto color "o incluso más".

"De hacerlo nuevo hoy, me hubiera salido igual de colorista o incluso más", afirma el director de escena asturiano, en la actualidad director artístico del Teatro Arriaga de Bilbao. "Ahora, las circunstancias nos obligan a poner más color a la vida".

Si en 2005 el tenor peruano Juan Diego Flórez y la soprano española María Bayo destacaban en un doble reparto vocal de altura, ahora, en 2013, Sagi ha contado con otros dos que son "un regalo" y con un director musical "encantador", Tomas Hanus, habitual en el podio de la orquesta titular del Real, la Sinfónica de Madrid, en muchos conciertos pero que, por vez primera, la dirige en una ópera.

"Nos hemos llevado bastante bien. No es como antes, que los directores de escena y los musicales discutían mucho. Ahora nos decimos cosas bonitas", bromeó Sagi, para quien es siempre "un gusto" volver al Real, "uno de los mejores teatros de ópera del mundo, sin duda".

En el doble reparto destacan Dmitry Korchak y Edgardo Rocha, en el rol de Almaviva, y Serena Malfi y Ana Durlovski en el de Rosina, por quien bebe los vientos el conde.

"Los directores de escena -continuó su presentación Sagi- tenemos que tener la cabeza en su sitio y adaptarnos a las nuevas situaciones. Y tener muy claro que nuestro material de trabajo son los artistas. Con ellos hay que ser siempre positivo, ayudarles cuando tienen un problema. Nunca adoptar actitudes negativas".

Con los grandes y con los más modestos, igual da. Lo dice un director que ha tenido la suerte de dirigir a muchos de los "grandísimos", como Plácido Domingo y Josep Carreras. "Nunca he tenido problemas con nadie. Si se explican los porqués, las razones de un personaje, no hay problema. Todo tiene un porqué".

El checo Hanus ha notado en el Real "un ambiente estupendo" para hacer "El Barbero de Sevilla", una obra "muy querida en todo el mundo". Una ópera que él, personalmente, ama, ya que fue la primera que dirigió. Una ópera de una "genialidad completa".

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