"Veinticinco años menos un día", comedia inspirada en un relato de Cortázar

  • Inspirado en un relato de Julio Cortázar, lo que nació hace seis años como ejercicio en un taller de dirección y dramaturgia, "Veinticinco años menos un día", se estrenará, "por fin", "canónicamente" y su divertido juego de "comedia sobre la comedia" verá la luz en el Español, dirigido por Pepa Gamboa.

Madrid, 14 sep.- Inspirado en un relato de Julio Cortázar, lo que nació hace seis años como ejercicio en un taller de dirección y dramaturgia, "Veinticinco años menos un día", se estrenará, "por fin", "canónicamente" y su divertido juego de "comedia sobre la comedia" verá la luz en el Español, dirigido por Pepa Gamboa.

Con Richard Collins-Moore, Ana Fernández y Moncho Sánchez-Diezma en los principales papeles, la obra, escrita por Antonio Álamo, obtuvo el XXX Premio Born de Teatro en 2005 pero desde entonces había permanecido sin representarse, a la espera de su mejor momento, explica Gamboa en una entrevista con Efe.

"Veinticinco años menos un día", coproducida por el Teatro Español y la Diputación de Sevilla, nace de la inspiración en el texto del argentino Julio Cortázar "Todos los fuegos, el fuego" y, en concreto, del relato "Instrucciones para John Howell", además de otras "influencias", como la del norteamericano David Mamet.

"Aunque recoja una de las historias de Cortázar es totalmente metafísico y además en tono de comedia", señala Gamboa.

"Es una comedia sobre la comedia. Es hacer teatro sobre el teatro y reírse del teatro desde dentro, todos cambiando los papeles y perdiendo su identidad de alguna manera", asegura.

En la primera comedia que dirige, Gamboa ha puesto el acento "donde lo tiene que tener": en la organicidad de la interpretación, porque, apunta, "para resultar graciosa y creíble se tiene que hacer con mucha verdad".

"Es una historia de muñecas rusas, de cajas chinas, una dentro de otra. Es pura acción pero las tramas son como una reflexión, que se lleva al límite. Realidad y ficción son aquí indisolubles", detalla aunque admite que es "complicado" contar "de qué va".

Gamboa estuvo por última vez en el teatro Español con el montaje que interpretaron las mujeres gitanas del poblado sevillano de El Vacie de "La Casa de Bernarda Alba", en marzo del año pasado.

"Lo de las gitanas de El Vacie -el poblado chabolista más antiguo de Europa- es increíble. Que ellas hayan hecho esa obra supone, entre otras cosas, que la gente se acerca allí ya con menos temor".

"Su mayor conquista es que las dejaran entrar en el 'Carrefour', fíjate tú, y ya lo han conseguido. Nadie se puede imaginar cómo es de terrible eso", dice la directora.

La experiencia con esa obra, que se estrenó hace casi dos años y con la que siguen de gira por toda España, fue muy impactante pero "muchísimo más fácil" que otro de los experimentos que acaba de hacer.

Viene de Liverpool (Inglaterra) de montar "Sueño de una noche de verano", en coproducción con tres países, con menores de entre 13 y 16 años en riesgo de exclusión.

"Estoy encantada y aunque ha sido durísimo es una de las experiencias de mi vida. Me he dado cuenta de cuál es la verdadera utilidad del teatro", dice.

Aunque ella "lo que es" es directora de teatro, desde que el coreógrafo y bailaor Israel Galván la llamó, en 1988, para que se hiciera cargo de su primer montaje, "Mira: Zapatos rojos. Zapatos blancos", ha trabajado "con todos los mejores", como Miguel Poveda, para el que se ocupa de todos sus espectáculos, y seguirá haciéndolo.

"No tengo otro remedio. No se cómo quitármelo de encima", bromea.

El flamenco, afirma, le ha dado "mucho" porque es un lenguaje "muy radical", que fusiona muy bien con todos los lenguajes y es muy democrático aunque "la gente tiene un concepto muy equivocado y piensa que es milenario y que son los gitanos los que lo controlan".

"Las gitanas de El Vacie no sabían absolutamente nada de flamenco y las palmas por tangos que dan en la obra se las tuve que enseñar yo", revela.

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