Zaragoza.- Un libro desvela el carácter intrigador e 'inquisidor tolerante' de Ramón José de Arce durante los Sitios

  • El libro 'Ramón José de Arce, Inquisidor General, Arzobispo de Zaragoza y líder de los afrancesados' desvela el carácter 'intrigador, mujeriego, inquisidor pero tolerante, cortesano y afrancesado' del que fuera Arzobispo de Zaragoza entre 1801-1816, aunque durante este tiempo solo permaneció dos meses en la capital aragonesa.

ZARAGOZA, 10 (EUROPA PRESS) El libro "Ramón José de Arce, Inquisidor General, Arzobispo de Zaragoza y líder de los afrancesados" desvela el carácter "intrigador, mujeriego, inquisidor pero tolerante, cortesano y afrancesado" del que fuera Arzobispo de Zaragoza entre 1801-1816, aunque durante este tiempo solo permaneció dos meses en la capital aragonesa. Así describe el autor de la publicación, José María Calvo Fernández, al personaje de su última obra al que ha dedicado cerca de seis años de investigación y sobre el que se sintió atraído porque "ofrece morbo, tuvo un protagonismo histórico y reúne muchos actos y pocas obras". En rueda de prensa, el autor relató la dificultad para recopilar información sobre este personaje que se encuentra muy dispersa entre Zaragoza, Madrid, París y el Vaticano y especialmente en forma epistolar porque "no dejó nada escrito". Del estudio de esas cartas se revela que "el tono familiar" con el que trata a la Marquesa de Mejorada, una mujer de unos 60 años con la que sostiene que "vivía y sólo falta la foto de los dos en la cama". Una investigación "llena de obstáculos" como dijo el comisario del Bicentenario de los Sitios de Zaragoza, José Antonio Armillas, que sitúan al personaje en una época en la que los enfrentamientos entre la alta nobleza y la baja nobleza "es donde se entiende a este personaje y todo lo que se ha dicho sobre él". Para el autor, a Ramón José de Arce "se le conocer como un personaje maldito" por el hecho de que reuniera la "triple condición de ser amigo de Godoy, afrancesado e inquisidor". Tras aseverar que el que fuera Arzobispo de Zaragoza a principios del siglo XIX ejerció el nepotismo y que en ese momento era el Arzobispo más importante de España, el autor destacó que "colocó a numerosos parientes y amigos en el Cabildo y además amasó una gran fortuna, procedente de Zaragoza, de 1,6 millones de reales de vellón, que supone el 30% de la riqueza de Aragón se repartía en el Cabildo de Zaragoza". De sus estudios deduce que en los años previos a la Guerra de la Independencia "se producía un gran despilfarro y los gastos eran desmesurados". Hechos que eran conocidos por los ciudadanos, por lo que recibían con "abucheos e insultos al rey Carlos IV cuando visitó la ciudad". Otra de las peculiaridades del carácter del personaje es su "habilidad para estar en todas las conspiraciones y ganarse la voluntad de todos los dirigentes". Como ejemplo expuso el autor que mientras "juraba lealtad a Fernando VII apoyó a José I y cuando cayó el hermano de Napoleón reiteró la lealtad al 'deseado' como rey de España". Para el autor se trata de un personaje cuya ideología "era arrimarse al sol que más calienta para servir a su señor, colocar a los parientes y obtener beneficios, siempre primaba el interés". Durante la etapa de los Sitios de Zaragoza (1808-09) Ramón José de Arce se enfrentó a Joaquín Murat --gobernador de Madrid que reprimió violentamente las revueltas de los madrileños en la Guerra de la Independencia-- y tras ser liberado de la cárcel se convirtió en el "propagandista religioso de José I". José María Calvo lo sitúa junto con el nutrido grupo de "clérigos no reaccionarios" que apoyaban fervientemente la Constitución de 1812, además de reacio a ejecutar algunas sentencias de muerte como inquisidor general. Finalmente, marchó a París, donde "siempre estuvo muy bien relacionado y sorprende la cantidad de gente que hablaba bien de él" y que eran tanto escritores, como embajadores. El libro se pondrá a la venta en las librerías de Zaragoza la próxima semana al precio de 12 euros, dijo la concejal de Cultura del Consistorio zaragozano, Pilar Alcober, quien destacó la labor del autor por "conseguir el mérito científico de dar vida a un personaje del que sólo conocemos por su retrato en el Salón del Trono del Palacio Arzobispal". Armillas añadió que se trata de un título "importante y trascendente porque representa una época a través de los ojos de un personaje que fue la cabeza de los afrancesados", pero matizó que a diferencia de otros "Ramón José de Arce fue afrancesado de corazón", adjetivo que, a su parecer, hoy equivaldría a decir "europeísta o progresista".

Mostrar comentarios