Antonia Dell’Atte a Ana Obregón: "Cree que está en la pasarela. Es una mimada"

  • La bióloga y la modelo italiana se reencontraban en MasterChef Celebrity y, a pesar del buen rollo, no dudaron en dedicarse las palabras más sinceras.
Ana Obregón en MasterChef Celebrity.
Ana Obregón en MasterChef Celebrity.

Lo que menos importaba en la primera parte de este último programa de MasterChef Celebrity era lo que cocinarán los concursantes, porque todas las miradas estaban puestas en el reencuentro de dos grandes divas de nuestro país: Ana Obregón y Antonia Dell’Atte.

La bióloga volvía a las cocinas la pasada semana al conseguir superar a sus compañeros en la elaboración de un plato repesca y, la modelo italiana, volvía al programa como jueza en la primera de las pruebas que se vivían en el plató del Talent de cocina. Y, a pesar de que empezaban la noche con un saludo cordial y educado, poco después Antonia no dudaba en soltar la primera de las pullas que tenían como destinataria a la Obregón: “Yo me he llevado siempre bien con las mujeres. Nunca he tenido ningún problema con ellas. A mí me gusta competir contra los más fuertes”.

Unas declaraciones a las que Anita hacía caso omiso y a las que respondía cocinando. Un hecho que no gustaba nada a Dell’Atte, que seguía provocando. “Ana, ¿cómo va? Nada, ¿ves?, Ana no me escucha”. La bióloga contestaba: “¿Me tengo que quedar con el muslo o con el contramuslo?”, mientras seguía a lo suyo.

Antonia cantaba en francés y Ana cocinaba, Antonia se paseaba entre fogones y Ana cocinaba, y viendo que Ana no entraba en ninguna de las provocaciones de la italiana, el jurado atacaba: “¿Tú crees que Ana se ha dejado la piel en la cocina como hacías tú?”. “ No. Ana ha venido aquí como si esto fuera una pasarela. Lo siento, pero has sido una niña mimada y no ha cocinado ni un huevo”, respondía Antonia.

Una confesión tras la cual Pepe, uno de los miembros del jurado, le proponía que se fueran a verla en persona y hablaran directamente. “Hola, Ana. ¿cómo vas? Vengo con Pepe, que es mío. Si lo quieres tienes que mojarte, remangarte…”, provocaba Antonia. Ana se reía, cocinaba, y Pepe aliviaba tensiones: “¿Sabéis una cosa? Me hacéis sentir como un conde.”

Pero, a pesar de todos los piques, Antonia remataba la primera de las pruebas asegurando que: “Las grandes personas, perdonan. Y yo tengo que perdonar porque necesito paz.”. Por eso, a la hora de valorar el plato de Ana Obregón, ponía la mejor de sus caras y aseguraba que Anita había aprendido mucho en las cocinas de MasterChef y que estas habilidades le servirían también para el resto de su vida. Un gesto inesperado con Ana que agradecía con una cariñosa sonrisa.

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