Mercedes Milá confiesa en Salvados que dejó 'Gran Hermano' por una depresión

  • La polémica periodista ha sido la invitada de Jordi Évole en 'Salvados'. Han repasado sus orígenes y hablado de la depresión que la apartó de todo. 
Mercedes Milá
Mercedes Milá

Jordi Évole ha devuelto a Mercedes Milá al prime time con su 'Sálvados'. La polémica presentadora no ha dejado títere con cabeza en el programa de La Sexta que el pasado domingo repasó la actualidad política de la mano de Felipe González. Para conceder la entrevista a Évole, Milá pidió dinero para donarlo. Y al acabar el programa llegó su confesión más personal. Dejó Gran Hermano porque no podía más con la fuerte depresión que estaba padeciendo. 

El encuentro con Milá se grabó en el edificio de Miramar de Barcelona, antigua sede de TVE en Cataluña, donde empezó su carrera televisiva. Antes de entrar la presentadora quiso aclarar que pidió dinero para acudir al programa "para que se beneficien terceros de mi trabajo". En este caso los 10.000 euros pactados "ha ido directamente a la única ONG que sigue salvando vidas en el Mediterráneo, Proactiva Open Arms". 

Sentados en un plató construido especialmente para la ocasión, ambos han repasado la carrera de Milá desde sus inicios en informativos de la cadena pública hasta Gran Hermano, programa que ahora se ha sabido que abandonó porque padecía una fuerte depresión.

Sí. Mercedes Milá confiesa que no podía más y hasta los médicos le recomendaron que bajara el ritmo y dejara el reality. Y lo confiesa para que todos sepan que si "esta tía que parece que se come el mundo ha estado en la mierda... pues yo también puedo salir". 

La entrevista mostró a la Mercedes Milá más cercana, tanto que no tuvo reparos en contar su particular"infierno": "Llegué al extremo de pensar que no podría hacer periodismo nunca más. No eres dueña de ti", afirma. "Lloraba a todas horas, no dormía no comía. La química y el yoga y la lectura me ayudaron a salir del agujero".

Milá se dio cuenta de que algo no iba bien en la última etapa de Gran Hermano, cuando sólo salía de casa "de la cama" para hacer el programa. "Todo empezó con una historia de amor rota", relata.

"Cuando mi pareja, que era más joven, se fue de casa yo tenía por delante la final de Gran Hermano 1. No se lo conté a nadie. Lo encapsulé. Luego con ayuda de un psiquiatra lo superé".  Y cometió un error:  "Meter a mi cerebro muchísimo trabajo, hasta que explotó". Ese fue el momento en que dijo a Mediaset que tenía que abandonar Gran Hermano "y me vine a vivir con mi madre. Al que esté así, hay esperanza".

La llaman todos para volver... menos los de Mediaset

Ahora asegura que vive con la espada de Damocles por si el monstruo de la depresión vuelve "pero estoy mejor". De su vuelta a la televisión afirma estar recuperada y dispuesta a seguir haciendo en la brecha. Muchos son los que la llaman para un retorno,"menos los míos". Y los suyos son Mediaset. 

De TVE ha confesado que le llegó una oferta que al final rechazó la propia cadena "porque era muy incontrolable". Se equivocan, dice ella, que de regresar espera hacer algo nuevo.

Repaso a su carrera

No olvida cuando llegó la noticia de la muerte de Carrero Blanco "arrugué el papel porque en Madrid había siempre muchas explosiones de gas". Ahora confiesa que  "habla con los muertos".

La preocupación por las audiencias -de las que se confiesa enganchada- la televisión como espectáculo (no cree en el morbo sino en el espectáculo en su más pura esencia), la llegada de "la mentira y la desvergüenza" a las entrevistas a políticos, o temas como el ‘procés’ catalán o los currículums inflados de los políticos aparecen también en la conversación. 

Aznar, Adolfo Suarez, Juan Guerra, Miguel Bosé, Rodrigo Rato, los Ultrasur… Milá se ha sorprendido al ver de nuevo fragmentos de sus entrevistas y ha contado la intrahistoria de todas ellas. Reconoce que para entrevistar utilizaba la seducción, la coquetería, la dureza, el cariño...

Sobre la entrevista de Aznar junto a Ana Botella desvela que concedieron la entrevista "para que se les conociera mejor y ganaran unas elecciones". Y reflexiona: "Los asesores mataron las entrevistas porque les hacían entrenar y ahí pensé que se estaban acabando las entrevistas en televisión y por eso me fui, porque estaba cansada de que no me respondieran".

De su cara a cara con Juan Guerra entona el mea culpa y reconoce que se equivocó porque "fui más fiscal que periodista y pedí excusas porque fui mucho más la Milá que la gente espera que Évole". Y ahora la presentadora asegura muy convencida que "estaba mintiendo".  Recuerda que tras oír a Rato hablando de la "confianza de la gente"  reaccionó exclamando: "¡pero qué cabrón, Rodriguito!".

Milá confiesa algunas espinas clavadas. Nunca ha podido entrevistar a Isabel Preysler, le encantaría sentarse ante el Papa y el Rey. Sobre Felipe VI cree que debería dar una entrevista "sin corbata ni cortapisas". 

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