El reto del nuevo 'Operación Triunfo' que ve TVE como su salvación

  • El curso 2016-17 pasará a la historia como una nefasta temporada para los programas de entretenimiento de Televisión Española.

    Sólo dos productos que vienen de anteriores directivas, MasterChef y el recuentro de los concursantes de la primera edición de Operación Triunfo, han sido aceptados por el público mayoritario.

El reto del nuevo Operación Triunfo que ve TVE como su salvación
El reto del nuevo Operación Triunfo que ve TVE como su salvación
Borja Terán

El curso 2016-17 pasará a la historia como una nefasta temporada para los programas de entretenimiento de Televisión Española. La cadena pública ha visto como ninguno de sus nuevos lanzamientos en horario de máxima audiencia ha conectado con la audiencia. Todos los nuevos formatos han sido un fracaso: Fantastic Duo, No es un sábado cualquiera, Jugando con las estrellas, El Gran Reto Musical, El Árbol de los deseos, Espinete no existe, Pura Magia…

Sólo dos productos que vienen de anteriores directivas, 'MasterChef' y el recuentro de los concursantes de la primera edición de 'Operación Triunfo', han sido aceptados por el público mayoritario.

La cúpula de la cadena, con el director de TVE Eladio Jadeño al frente, ve como su gran oportunidad el regreso del talent show de más éxito de la historia de la televisión, Operación Triunfo, que volverá a La 1 en octubre.

Con este retorno, TVE se asegura atraer a un público que ya no conecta con la cadena, ni zapeando. Ahora la audiencia, especialmente los más jóvenes, observan al canal público como un contenedor de contenidos obsoletos que, ya sea por complejos, crecientes censuras o miedo al fracaso, no aportan nada complementario a las emisoras privadas por su mínimo riesgo creativo, otra de las claves del éxito de la historia de TVE.

La fuerza nostálgica de OT es una ocasión perfecta para recuperar a perfiles de público que ya no sintonizan La 1. A ello se agarra la dirección de Televisión Española que sabe que, como sucedió en el reencuentro de los concursantes de la primera edición del mítico concurso, la curiosidad por descubrir la nueva y remozada etapa atraerá a nuevos espectadores a la cadena pública. El problema es que mucho de ese público quiere que regrese OT1, con Rosa, Bisbal, Bustamante y cia, y eso es imposible. 

El éxito del talent musical dependerá de la empatía que desprenda el nuevo casting y el carisma de los profesores, pero también de la creatividad que aporte la puesta en escena de cada actuación. 

Porque la televisión ha evolucionado en estos 15 años y la dinámica clásica de Operación Triunfo -desfile de actuaciones con entrevista previa al concursante sobre su evolución semanal y veredicto posterior del jurado- puede ser demasiado light para los tiempos catódicos que corren.

El espectador, y especialmente las nuevas generaciones que son las que se verán reflejadas en la pandilla de nuevos 'triunfitos', se quedarán en el nuevo OT si cada propuesta musical es un acontecimiento televisivo imprevisible: en realización visual, en iluminación, en escenografía y en implicación del público. Esta coctelera de elementos supondrá, además, un generador de conflicto para los propios concursantes, ya que aprender a integrar toda esa coreografía de factores del gran espectáculo en directo será un hándicap de nervios, frustraciones e ilusiones para los artistas que aprenden en una academia que ya tiene directora, la propia directora de casting de OT y una de las personas que mejor conoce el ADN del concurso,  Noemí Galera.

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