Tom Odell, promesa del pop británico: "Todo éxito acarrea escepticismo"

  • Javier Herrero.

Javier Herrero.

Madrid, 22 mar.- Tom Odell está llamado a ser la gran revelación pop de Reino Unido después de Adele. Al menos, eso es lo que dicen de este talentoso joven que arrasó en su reciente paso por Madrid y Barcelona y que, con su primer disco de estudio, ha logrado importantes reconocimientos.

"Cualquier éxito acarrea escepticismo", advierte receloso y parapetado tras sus gafas de sol este británico de flequillo rubio y voz profunda, impropia para un chaval de 23 años, que se hizo tras el lanzamiento de "Long way down" (2013) con el prestigioso premio Brit Critics Choice, el mismo que recibió la citada intérprete de "Rolling in the deep" hace años.

Al hacer esas manifestaciones, en la cabeza de Odell probablemente aún resuena la crítica mordaz que le hizo un periodista de la poderosa revista New Musical Express, "una publicación moribunda", dice, que le dio un cero de diez puntos posibles.

Aquello no le dolió, agrega. "Es parte de este oficio", argumenta el de Chichester, que comenzó su carrera a edad muy temprana, intentando despertar la atención de un público unas veces desafecto e indolente y otras abusivo en ingratas sesiones de micro abierto.

Esa imagen es la que intentó desarrollar en el videoclip de uno de sus primeros sencillos, "Hold me", en la que aporrea con desenfreno su principal y gran compañero de viaje en esta breve pero intensa trayectoria profesional: el piano.

Muy influido por la música blues y también por el soul, asegura que, en su "búsqueda de originalidad", son miles las músicas que han pasado por sus oídos desde que cumplió los trece años. "Nunca me detengo durante mucho tiempo en un solo artista, creo que es importante para mí como compositor", afirma.

Como refleja otro de sus temas más conocidos, "Don't pretend", el principio que rige sus creaciones es la sinceridad, aunque a veces se pueda sentir expuesto. "Hay mucho sacrificio en mi arte", dice Odell, que desnuda sus miserias en pos de la honestidad como forma de aportar valor a la música.

En cortes como "Another love" manifiesta a su nueva amante la dificultad de volver a querer después de un relación sentimental previa frustrante, un tema que hace las delicias del público femenino que se agolpa a la espera de conseguir un autógrafo de su ídolo.

De esta canción dice que "fue muy fácil de componer". "Esas son las mejores, porque no hay que empujarlas, simplemente te llegan y reflejan pensamientos muy sinceros", explica de temas que escribió con 20 años, "un tiempo complejo en el que descubres quién eres".

"Me preguntan si este es un disco de amor, pero a mí me parece un disco sobre madurar. Se dice que un hombre no madura hasta que no se enamora", opina.

La profundidad de su voz es otro de sus grandes atractivos. "Canto de una forma tan natural como hablo, no es producto de un trabajo consciente", asegura este joven imberbe, que durante toda la entrevista parece empeñado en hablarle al cuello de la camisa.

"¿Que si soy tímido? Para ser artista supongo que hay que tener un nivel de confianza suficiente como para subirse a un escenario, pero la verdad es que no soy el tipo más ruidoso de la fiesta", reconoce Odell, que ya planea grabar su segundo disco.

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