El diseñador Tommy Hilfiger está de enhorabuena. Y no solo porque sus colecciones siguen teniendo éxito año tras año, sino porque por fin ha vendido una propiedad que llevaba en el mercado -con idas y venidas- más de una década. Se trata de su fastuoso ático en Nueva York, ubicado en el mítico Hotel Plaza, por el que en su día llegó a pedir 80 millones de dólares (72 millones de euros).
Se trata de un ático de 520 metros cuadrados repartidos en dos plantas y 12 habitaciones decorado de una forma extravagante y llamativa, con cada estancia con una temática diferente. El diseñador se hizo con la vivienda en 2008 por 23,2 millones de euros y al poco tiempo la sacó a la venta, pero ha sido imposible venderla hasta ahora.
Porque bien es cierto que es una propiedad muy preciada con todo lujo de detalles, pero su exhorbitado precio ha hecho que la transacción haya sido imposible hasta ahora, cuando el 'New York Post' cifra la venta en unos 30 millones, lo que supone una rebaja desde el precio inicial de más de 40 millones.
El diseñador y su esposa, Dee Ocleppo, gastaron casi 20 millones en reformarla, dejando un verdadero museo. Además, con privilegiadas vistas de Central Park y la Quinta Avenida. Algunos de los muebles se van incluir en la venta, lo que garantiza al comprador quedarse con un trocito del universo creado por Hilfiger dentro.
Pero su precio ha supuesto un freno todo este tiempo. Primero se redujo a unos 68 millones, para después bajar en 2015 a 62 millones. Al año siguiente, Hilfiger ya lo dejó en algo más de 53 millones, pasando a 45 millones en 2017 hasta que en la actualidad no ha caído hasta los 30 millones finales. Porque aunque el mercado inmobiliario de lujo está en auge, hay precios que siguen siendo prohibitivos. Hasta para un ático en Nueva York.
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