Triunfa Castaño en Salamanca con una buena corrida del Puerto de San Lorenzo

  • El diestro Javier Castaño cortó hoy una oreja a cada toro de su lote y abrió la primera Puerta Grande de la Feria de Salamanca, un festejo marcado por el buen juego de los toros del Puerto de San Lorenzo donde los otros espadas, Eduardo Gallo y Juan del Álamo, pasearon una oreja cada uno.

Juan Miguel Núñez

Salamanca (España), 12 sep.- El diestro Javier Castaño cortó hoy una oreja a cada toro de su lote y abrió la primera Puerta Grande de la Feria de Salamanca, un festejo marcado por el buen juego de los toros del Puerto de San Lorenzo donde los otros espadas, Eduardo Gallo y Juan del Álamo, pasearon una oreja cada uno.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros del Puerto de San Lorenzo, bien presentados, bravos y con clase, con las excepciones del cuarto, que tuvo cierta retranca al embestir, y, sobre todo, el quinto, toro realmente complicado.

El tercero fue premiado con una generosa vuelta al ruedo aún sin llegar a ser toro completo, ya que le faltó mucho por el pitón izquierdo. Pero, a pesar de estos matices, corrida de nota alta.

Javier Castaño: estocada (oreja); y estocada (oreja).

Eduardo Gallo: pinchazo y estocada desprendida (oreja); y pinchazo y bajonazo (ovación).

Juan del Álamo: pinchazo, media estocada a toro arrancado, nuevo pinchazo y estocada (gran ovación tras aviso); y media tendida (oreja).

En cuadrillas, David Adalid y Francisco Javier Rodríguez saludaron en el primero.

La plaza tuvo un tercio de entrada en tarde de nubes altas y agradable temperatura.

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EL MUNDO AL REVÉS

Los dos toreros que mejor han estado han salido de la plaza a pie. Y Castaño, que no alcanzó las cotas de los compañeros, a hombros. Así de duro es el toreo, incomprensible a veces.

Y no es que Castaño estuviera mal, sencillamente que Gallo y Del Álamo brillaron a un nivel muy alto. En todos los casos la espada fue determinante, como hándicap para unos y salvoconducto para la Puerta Grande en el caso del triunfador.

A todo esto, la corrida del Puerto de San Lorenzo, a pesar de alguna laguna, marcó también las pautas para el triunfo de los toreros.

Toro con muy buen fondo el primero, al que Castaño le pegó muchos pases, más asentado por el lado derecho. No obstante, la faena no tuvo poso de calidad.

El cuarto, con menos empuje y un punto soso, obligó a Castaño a poner "la chispa". Esta vez muy firme, seguro y entregado. Lo mejor, el final entre los pitones, sin inmutarse. Dicho queda que en ambos entró la espada a la primera y hubo oreja.

El segundo de la tarde, que de salida hizo cositas raras, de cierta brusquedad, terminó entregándose a la poderosa muleta de Gallo. Más allá de la suficiencia del torero en el último tercio, hubo mucho empaque y excelente compostura.

Toreo de personalidad, incluidos unos alardes finales de valor muy a modo. Y toreo bonito, enjundioso y valeroso. Así estuvo Gallo con este toro. Lástima del pinchazo que se interpuso a la estocada, pues hubiera cortado dos orejas en lugar de una.

En el quinto vino la gran prueba. El único toro difícil del envío, con la cara suelta y dando muchos cabezazos. Gallo estuvo tenaz y arrojado al cincuenta por ciento en una porfía resuelta definitivamente a su favor cuando acortó distancias.

Pero otra vez la espada le jugó una mala pasada, con un pinchazo y un bajonazo que le impedirían cortar otra oreja para haber salido a hombros.

Algo parecido pasó con Del Álamo, que con el mejor lote estuvo muy capaz, desplegando un toreo intenso y de especial aroma, pero desacertado con los aceros.

Buenos lances a la verónica y por chicuelinas en su primero. Del Álamo se apretó mucho desde el principio con la muleta en una faena airosa y de mucha altura en el toreo a derechas. No fue tan franco el animal por el pitón izquierdo, de ahí que la vuelta al ruedo en el arrastre estuviera de más.

Hay que insistir en la excelente actitud y aptitud del joven del Álamo, que terminó estropeando un triunfo grande en la suerte suprema.

En el sexto, por fin la oreja. También respondió el toro y la faena tuvo mucho aguante, sobre todo en las cercanías donde se le vio muy resuelto al torero, muy a gusto de verdad, de ahí su impecable ejecución.-

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