Piel perfecta para Navidad: trucos caseros (y asequibles) para estar radiantes

  • Para que nuestro rostro sea el verdadero centro de atención en esta época hay que mimarlo con una rutina de cuidado diaria.
Belleza Navidad
Belleza Navidad
Pixabay

Las fiestas navideñas están a la vuelta de la esquina. Ya solo quedan unos días para que las cenas y demás acontecimientos se sucedan uno tras otro y, como pasa siempre en esta época, el objetivo es lucir radiantes. Y no únicamente por la ropa. A pesar de que las lentejuelas y brillos inundan las tiendas en estos días, no son la única forma de deslumbrar en Navidad. 

La piel es la principal carta de presentación que tenemos, sobre todo la del rostro. Y para que luzca en todo su esplendor no hay que basarlo todo en el maquillaje. De hecho, esto es solo algo accesorio que resalta la belleza natural y oculta o difumina algunas imperfecciones. Por lo tanto, para lograr que la piel esté en el mejor estado posible, hay que hacer otra serie de cosas.

Se trata de llevar a cabo una rutina de belleza que permita que el rostro esté nutrido y el semblante radiante. Y no hace falta gastarse elevadas cantidades de dinero en costosos tratamientos; basta con ser constante y elegir los productos que se adapten mejor a nuestra piel.

Como señalan las expertas de Lancaster Beauty, lo primero y más importante es la limpieza de la piel. Sobre todo si nos maquillamos diariamente. Por ello, antes de acostarnos debemos lavarnos el rostro con agua micelar, jabón o el producto que mejor nos vaya, de forma concienzuda, para que no quede ninguna impureza. Además, hay que repetir el ritual de limpieza por la mañana, pues aunque no lo creamos, la piel se mancha al dormir ya que expulsa toxinas y sudor. Importante también esta rutina para quienes no se maquillen, porque igualmente la polución y la contaminación hacen mella en el rostro y la piel se ensucia con solo salir a la calle.

Una vez tengamos el rostro limpio, es importante aplicar un serúm, eligiendo el producto según el tipo de piel -grasa, mixta, seca, con rojeces, etc-. Estos productos se aplican antes que la crema y su principal beneficio es que contienen el doble de concetración de activos, haciendo que lleguen a profundizar más en las diferentes capas de la piel. Además, al tener normalmente una textura más ligera penetran más fácilmente. Por ello, este será nuestro principal aliado, ya que favorece que el resto de productos sean más eficientes en nuestra piel.

Una vez aplicado el sérum -esperando a que se haya secado bien-, debemos dar una crema hidratante, igualmente la adecuada a cada tipo de piel. En este caso, en función de la edad se eligen reafirmantes, antiarrugas, con un plus de hidratación o matificantes. Igualmente, quien use otro tipo de tratamiento, es en este momento cuando debe ponérselo. Por último, el contorno de ojos, un paso que no debemos olvidar nunca porque esta zona es la que antes refleja el paso de la edad.

Antes del maquillaje

Todos esos paso de limpieza y cuidado son los que después van a hacer que el maquillaje luzca mejor en nuestra piel. Por ello, antes de ponernos manos a la obra, hay que repetir la rutina de noche, aunque con productos más ligeros. La mayoría de cremas y sérums tienen su versión de día y de noche, con mayor o menor densidad en función del momento en el que vaya a utilizarse, al igual que diferentes propiedades.

Lo básico es poner sérum e hidrantante -los tratamientos específicos es mejor dejarlos para la noche, cuando la piel trabaja más y mejor-, sobre todo esta última, pues el maquillaje seca en exceso la piel. Además, teniendo el rostro bien hidratado se conseguirá ese efecto 'glow' o satinado que es el más buscado en Navidad.

Igualmente, desde Lancaster recomiendan usar un 'primer' -producto anterior al maquillaje- que prepara la piel y hace que los productos aguanten mucho más -algo fundamental para que dure toda la noche o si vamos a tener eventos durante todo un día y no vamos a poder retocarnos-. 

Pero lo primordial que nos recuerdan los expertos de esta firma de belleza, no es hacer todo este ritual solo en la Navidad; hay que introducirlo en nuestro día a día para que realmente nuestra piel muestre su mejor versión y, sobre todo, para protegerla de la cantidad de agentes externos que atentan contra ella sin que nos demos cuenta. Y no solo hablamos de la contaminación; la luz -tanto la del sol como la artificial-, los dispositivos móviles, el tabaco, el alcohol y la alimentación indicen de forma directa en la salud de nuestra piel.

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