U2, brillante desde cualquier ángulo

  • El grupo irlandés firma un gran concierto ante más de 40.000 personas en su regreso a San Sebastián, como parte de su gira 360º Tour.
U2 celebra su aniversario en San Sebastián
U2 celebra su aniversario en San Sebastián
José Manuel Rodríguez

En "U2 by U2", el libro autobiográfico que la banda irlandesa publicó en 2006, Bono decía que para su grupo "cada noche tiene que ser la mejor noche". Y en San Sebastián U2 cumplió con este elevado estándar ante un público tradicionalmente frío y poco participativo.

Los irlandeses llegaban al estadio de Anoeta por segunda vez en su historia, encabezando una apuesta visual y sonora espectacular: una enorme estructura de acero con forma de araña cobija pantallas y escenario, que están diseñados para ofrecer perspectiva y visibilidad de la banda a cualquier ángulo del recinto en el que tocan. De ahí el nombre de la gira.

La cuadratura del círculo

Aspectos técnicos aparte, Bono, The Edge, Adam Clayton y Larry Mullen Jr. protagonizaron dos horas de concierto vibrante y entregado. La actuación comenzó con "The return of the Stingray guitar", una de esas canciones que la banda descartó para "No line in the horizon", pero que formará parte de su nuevo disco, cuyo nombre podría ser "Songs of ascent".

A partir de ahí, sonaron "Beautiful day" y "I will follow" (la canción más antigua de cuantas se tocaron en el concierto, data de 1980), y el grupo encadenó otros dos singles extraídos de su último trabajo, "Get on your boots" y "Magnificient". Después sonó "Misterious ways", pero fue "Elevation" la que consiguió meter completamente al público en el concierto. Para entonces Bono ya oficiaba su papel mesiánico y arrollador, potenciado aún más por la pantalla formada por un millón de piezas y 500.000 píxeles que le hacía visible desde cualquier punto del estadio.

Además de para ofrecer imágenes del grupo en plena actuación, ese elemento sirvió para crear transiciones y cambios de ritmo en el concierto, como el que derivó en el primer himno de la noche, "I still haven´t found what i´m looking for". Antes de empezar a cantarla, Bono recordó que esta gira había comenzado precisamente en España, en Barcelona, y la comparó con un niño que ya se está haciendo mayor.

Un baile íntimo delante de 40.000 personas

Sin embargo, lo más emocionante estaba por llegar. Tras interpretar "Mercy", otro descarte de "No line in the horizon" previsto para el siguiente disco, Bono subió al escenario a una chica para cantar con ella "In a little while". La afortunada rentabilizó así los 250 euros que había pagado por estar en primera fila. Esa escena recordaba a la actuación de U2 en el Live Aid (1985), en la que Bono sacó a bailar a una chica durante la interpretación de "Bad", uno de los momentos más recordados de aquel evento. Y Bono la repite en cada concierto.

El final de "In a little while" trajo la despedida de la chica y el comienzo de "Miss Sarajevo", con una emocionante interpretación que dio por concluido el impasse de suavidad. A partir de ahí, "City of blinding lights", "Vertigo" y "I´ll go crazy" volvieron a hacer saltar a los espectadores, y ésta última también a Larry Mullen Jr., que abandonó la batería por un timbal con el que se paseó por todo el escenario.

Después, el segundo himno del concierto, "Sunday bloody sunday", al que sucedió una dedicatoria especial de Bono a la líder birmana encarcelada desde hace años, en cuyo homenaje el grupo tocó "MLK". Mientras lo hacía, una treintena de voluntarios del público depositaban velas en torno al escenario. Tras "Walk on" llegó otro de los momentos álgidos de la noche, con un vídeo de Desmond Tutu (Premio Nobel de la Paz en 1984 por su labor en Sudáfrica) que sirvió de transición hacia "One". 

Las estrellas que despidieron el espectáculo

Bono tocó la guitarra por primera y única vez en la noche para acompañar a The Edge en este tema, en el que el grupo habla de la crisis que sufrió a principios de la década de 1990. Cuando el público aún no había dejado de corearla, comenzaron a sonar los primeros y muy reconocibles acordes de "Where the streets have no name", otro clásico que sirvió para que la banda se retirara del escenario en plena efervescencia de sus seguidores.

Para los bises U2 reservó "Hold me, thrill me, kiss me, kill me", la canción que compuso para la banda sonora de "Batman Forever", la indispensabbe "With ot without you", el himno de los amores imposibles pero necesarios, y cerró él concierto con "Moment of surrender". Antes de interpretar esta última, Bono pidió al público que activara la luz de sus teléfonos móviles, de forma que cuando se apagaron las luces del escenario y del estadio aquellos destellos recrearon un cielo estrellado.

Fue la simbólica despedida de un concierto que ya están esperando en Sevilla el próximo día 30, en la última parada española de la gira.

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