Ucrania logró imponerse a la favorita Rusia en el concurso de Eurovisión

Ucrania logró ganar el concurso de Eurovisión celebrado este sábado por la noche en Estocolmo, superando a Rusia, que se perfilaba como favorita, con una canción que habla sobre la deportación de tártaros ordenada por Stalin.

"Quiero cantar una canción sobre la paz y el amor. Lo que le deseo a todo el mundo es eso: paz y amor", declaró la cantante Jamala de 32 años, con el trofeo en la mano y la bandera de su país sobre los hombros.

Jamala, logró imponerse ante Australia, que quedó segunda posición, y a Rusia, relegada al tercer lugar, con el tema "1944", que cuenta la historia de los tártaros deportados de Crimea.

Pese a que los jueces del concurso se habían decantado por la representante australiana Dami Im, los espectadores le dieron emoción a la final.

Ucrania logró un total de 534 puntos, por delante de los 511 sumados por Australia y de los 491 que reunió el ruso Serguei Lazarev.

Entre los 26 finalistas, las apuestas se orientaban hacia Lazarev, famoso no sólo en su país sino también en muchos otros del este, gracias a su carrera de cantante, actor y presentador de televisión.

Pero Jamala dio la sorpresa y se impuso con un tema que además la tocaba de cerca, porque habla del drama que sufrió su pueblo, incluida su bisabuela.

El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, reaccionó casi inmediatamente y dijo que la victoria de Jamala es "increíble".

Más allá de la música, la victoria tiene un sabor dulce para el político, duramente enfrentado con Moscú desde el inicio del conflicto con los separatistas prorrusos en el este.

"¡¡Sí!!", celebró en su cuenta en twitter el dirigente. "Una presentación y una victoria impresionante. Toda Ucrania te da las gracias de corazón, Jamala", agregó.

El primer ministro, Volodymyr Groisman, también se sumó a las celebraciones.

"Gloria para Ucrania", dijo en Twitter.

Mustafa Nayyem, uno de los líderes de la revuelta proeuropea dijo que luchará para que la gala del próximo año se celebre en Crimea misma, que fue anexionada por Moscú en 2014.

"Se haría justicia si el próximo festival de Eurovision se celebra en la patria histórica de Jamala, la Crimea ucraniana", señaló.

La ganadora fue primero cantante lírica, después migró al jazz y ahora se consagra como una estrella de la música popular.

"Cuando llegan extranjeros/Y entran en tu casa/Te matan y dicen/No somos culpables, no somos culpables", dice la primera estrofa de la canción, en referencia a los cerca de 240.000 deportados antes del final de la Segunda Guerra Mundial.

La canción habla "sobre mi bisabuela Nazaljan y sobre miles de tártaros de Crimea que nunca pudieron volver".

"Ese año cambió sus vidas para siempre", contó a la AFP en una entrevista antes de ganar el concurso.

"Esta canción sobre nuestra tragedia se escuchó en todo el mundo y yo espero que la gente haya escuchado bien", dijo Emine, un joven que vio la gala desde un restaurante tártaro de Kiev.

El tema no fue indiferente para Rusia, que ya había protestado al principio del concurso por considerar que la canción tenía un subtexto político y que violaba las reglas del festival.

La edición de este sábado, buscó ser la más vista de la historia, tras ampliar su radio hasta Estados Unidos, para batir así el récord de 197 millones de telespectadores marcado el año pasado.

Para agasajar al público estadounidense, los organizadores contrataron al cantante Justin Timberlake, como estrella invitada a la gala.

"El concurso de Eurovisión de la canción es ahora un verdadero fenómeno mundial", se felicitó el productor Jon Ola Sand.

Los fans vieron a Justin Timberlake interpretar en primicia su nuevo single "Can't Stop the Feeling", una canción llena de entusiasmo que incluso habría podido ganar el concurso.

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