Un abuelo de cien años, un pícaro y una analfabeta doblan por "La Campana"

  • Irene Dalmases.

Irene Dalmases.

Barcelona, 27 abr.- La editora Isabel Martí empezó la aventura de "La Campana" en 1985 con 30.000 pesetas y la obra "Identitats", de Josep Maria Espinàs. Tres décadas después ha conseguido colocar sus libros entre los más vendidos en catalán en Sant Jordi gracias a un abuelo, un pícaro y una analfabeta.

Al frente de una empresa de pequeñas dimensiones, en comparación con los gigantes de la edición ubicados en Barcelona, Martí ha encabezado desde 2012 las listas de los más vendidos en catalán con "L'avi de 100 anys que va saltar per la finestra", de Jonas Jonasson; "Victus", de Albert Sánchez Piñol, en 2013; y el pasado miércoles, otra vez con Jonasson y "L'analfabeta que va salvar un país"

En una entrevista con Efe, la editora afirma que no cree que haya ninguna fórmula para este éxito, y recuerda que antes de la llegada "del abuelo de cien años" estaba en pérdidas y tuvo, incluso, que cambiar su sede de la barcelonesa calle Muntaner por otra más modesta, en un emplazamiento cercano.

Sin embargo, admite que sí hay factores importantes como "el trabajo en equipo, la suma de muchas inteligencias y seguir la enseñanza de Espinàs sobre la honestidad".

"Lo que sí que nos define es que con cada libro de 'La Campana' nacemos y morimos. Cada libro que editamos es nuestra razón de ser, nos esforzamos siempre mucho y por encontrar un título podemos gastar más de cien horas", apunta.

A su juicio, la editorial, en la que varias personas de su familia tienen importantes papeles, "trabaja siempre como si fuera una ruleta, un artefacto que no tiene memoria y en el que un número puede irse repitiendo. No hay pasado ni futuro, sólo el ahora".

Además, "admiramos al autor y al libro que hay detrás", apostando por "no ver pasar las cosas, sino por incorporarlas a nuestras vidas", resalta Isabel Martí.

En este punto, recuerda los momentos pasados junto a Sánchez Piñol, un autor presente en librerías de todo el mundo, cuando estaba trabajando en su primera novela "La pell freda" o en su última, "Victus, cuya segunda parte verá la luz el próximo año.

Por otra parte, no esconde que durante la vigilia de este Sant Jordi apenas durmió preparando el disfraz de la actriz que representó al personaje de Nombeko, la protagonista de "L'analfabeta que va salvar un país", por las calles de Barcelona, tijeras en mano, recortando los pendientes en forma de bomba atómica que llevaba.

Precisamente, tuvo que arriesgarse con este "invento", porque Jonasson no pudo viajar esta semana a Barcelona por razones de salud, aunque el escritor ya le ha hecho saber, desde su retiro sueco, que le gustaría estar pronto en la ciudad condal y que su última gallina, nacida hace unos días, lleva por nombre Sant Jordi.

Su agente literaria, la también sueca Carina Brandt, establecida desde hace años en la capital catalana, confirma a Efe que el escritor está muy satisfecho por cómo ha transcurrido Sant Jordi y que, así que pueda, viajará hasta la ciudad, donde el próximo 4 de julio se estrenará la película sobre el abuelo de cien años, en castellano y catalán.

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