Un clan familiar de granada cultivaba marihuana a granel en dos viviendas


Agentes de la Policía Nacional han desarticulado en Granada un clan familiar de narcotraficantes que tenía 264 plantas de cannabis en dos invernaderos, que estaban ocultos en el interior de sendas viviendas.
Según informó este jueves la Policía, los agentes practicaron seis registros en la barriada granadina de Haza Grande y detuvieron a siete personas, de edades comprendidas entre los 21 y los 72 años, todos con antecedentes policiales.
Los arrestados tenían dos viviendas-invernadero, donde se cultivaba de forma intensiva plantas de cannabis sátiva. Las plantaciones "indoor" disponían de todos los elementos necesarios para una correcta y rápida producción de marihuana -humidificadores, lámparas de calor, termostatos y controladores de temperatura-.
Las investigaciones contra este clan familiar se iniciaron el pasado mes de septiembre, tras detectarse las actividades ilícitas de un grupo familiar dedicado al tráfico de drogas y la tenencia ilícita de armas.
QUEMA DE DINERO
Cada miembro de la organización desempeñaba un papel decisivo, ya que mientras unos se encargaban de vigilar el entorno para detectar la presencia policial, otros se dedicaban a la venta del estupefaciente y transportaban la droga hasta las viviendas donde se distribuía.
Tras varios meses de investigaciones, los agentes lograron situar la ubicación de las viviendas donde se ocultaba el grueso de la droga, así como el dinero y las joyas recibidas como pago por el estupefaciente.
De esta forma, el pasado 23 de diciembre, una treintena de agentes desplegaron un amplio operativo que culminó con la detención de siete personas. También se intervino 3.352 gramos de marihuana, 264 plantas de cannabis sátiva en dos pisos invernadero, 474 gramos de hachís, armas y diferentes munición de varios calibres.
Además, se incautaron de más de 150 piezas de joyería, entre anillos, pendientes, colgantes y relojes de oro.
Durante los registros, algunos de los tenidos intentaron huir por los tejados y azoteas de las viviendas colindantes y arrojaron en su huida bolsas con dinero, joyas y drogas. Incluso, en una de las viviendas, que contaba con una puerta maciza de hierro como medida de seguridad, consiguieron arrojar a una chimenea encendida varias bolsas con droga y dinero.

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