Un cura francés hace cantar a ciudad cubana de Sancti Spiritus

  • En Sancti Spiritus, ciudad colonial del centro de Cuba, un cura francés y su grupo musical ponen un toque juvenil a una religión católica que busca encontrar su lugar en la isla.

El sacerdote Alban Marie celebra la misa en perfecto español a las 7:00 de la mañana, bajo el sofocante calor de septiembre.

Pero el oficio da un giro sorprendente cuando cuatro cantantes acompañados por un bajista y un tecladista hacen resonar una modernidad inesperada en esta parroquia de estilo romano-barroco, una de las más antiguas de la isla (1680).

Este miembro de la Congregación de San Juan explica a la AFP que se le puso la "piel de gallina" al escuchar las voces de un puñado de jóvenes fieles "durante la misa de su primer domingo", hace seis años.

"Yo estaba consciente de que iba a vivir en Cuba en un contexto difícil, pero al escucharlos me dije: 'Aquí la música será mi consuelo'", explica sonriente este religioso de 57 años, que terminó en esta parroquia por un obispo cubano que había conocido por azar.

El padre Marie decidió rápidamente colocar a estos jóvenes talentos al servicio de su misión y con fondos de una red de benefactores y ONGs alemanas, pudo montar el grupo "Acrisolada", que ha tenido éxito en las misas.

"El padre es maravilloso, vive nada más para el bien de la iglesia, no para (...). Si lo llegan a trasladar, voy a hacer una huelga aquí", dice a la AFP la feligresa Cecilia Díaz, de 89 años.

El novicio de 24 años Randy Rodríguez no es menos entusiasta.

"El padre es una de las mejores cosas que le han pasado a la parroquia", asegura, mencionando la revolución musical, pero también las obras de restauración iniciadas en un templo descuidado por 35 años.

En un pequeña casa vecina el padre francés hizo construir un estudio de grabación de nivel profesional.

El propósito es difundir en CD e Internet (www.acrisolada.com) los cantos litúrgicos en las iglesias cubanas, así como evangelizar con canciones que "pueden tener sus raíces en la música local y latina, y se inspiran en las letras del Evangelio", explica el cura.

Además, en sus conciertos o en el estudio, el grupo no duda en tocar rock, funk, boleros, disco y todos los ritmos cubanos, además de entonar el "Ave María" como una lánguida balada.

Por su creciente éxito, "Acrisolada" ofreció el 5 de septiembre un concierto nocturno especial frente a la Catedral de La Habana, en anticipación de la visita del papa Francisco, este fin de semana.

Tras conocer Guinea y México, el padre Marie tenía temor de predicar en un país donde 130 sacerdotes fueron expulsados en la década de 1960. Fidel Castro los acusaba de prestarse para el proselitisno contrarrevolucionario.

Pero la situación ha cambiado. "Desde la visita de Juan Pablo II en 1998 hay más libertad de culto", reconoce el cura, aunque debe evidentemente "tener cuidado con la toma de posiciones política", un tema sensible en una isla donde no existe oposición legal.

"Se sabe que no nos enviarán a prisión, pero nos pueden pedir partir de un día para otro si les molesta", explica Marie, quien ha sido citado por las autoridades locales luego de haber conversado en su iglesia con la esposa de un disidente.

La Iglesia Católica enfrenta también en estos días el crecimiento de los evangélicos y la escasez de vocaciones sacerdotales. Más de la mitad de los curas de Cuba son extranjeros.

Además, aunque constituye la única organización no estatal reconocida en el país, la Iglesia carece todavía de personalidad jurídica. Un contrasentido para la responsabilidad en un templo declarado monumento nacional privado de subvenciones del Estado, se lamenta el padre.

Pero nada lo desanima. "Por ahora" el padre Marie no piensa marcharse, porque pretende "conservar el optimismo y la esperanza".

De hecho esto es precisamente lo que espera de la visita del papa Francisco a Cuba: "un mensaje de esperanza" para la juventud cubana.

ag/fj/lb

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