Un guitarrista "en crisis" dice que cantar en la calle "es algo vocacional"

  • Ana Martínez.

Ana Martínez.

Santiago de Compostela, 9 dic.- Los conciertos de Antonio Recuero, madrileño afincado en Galicia, son frenéticos y poéticos, "la mezcla es posible", y para él la difícil situación económica no es un "monotema que anegue" su vida laboral, ya que siempre ha estado así: "Cantar en la calle es vocacional, con o sin crisis".

Este guitarrista autodidacta pone música cada día a un puñado de letras en el centro histórico de la capital gallega. "Empecé casi por obligación, no encontraba nada para emplearme, pero vi que me gustaba. Antes no lo hacía tan bien, que ahora tampoco, pero voy aprendiendo", cuenta a Efe con una humildad poco común.

Su horario habitual es de diez de la mañana a dos de la tarde. Antes estaba más tiempo, incluso por la noche, pero ya no. Sufre poliomielitis, una enfermedad viral que se manifiesta causando debilidad muscular y parálisis.

Recuero, que el próximo 14 de enero cumplirá 58 años, nota los efectos de esta dolencia, principalmente, en una pierna. "La edad ya me fastidia. Me canso, y me perjudica la humedad, me machaca. Pero aún así, mi idea es quedarme en Santiago de Compostela, aún con la humedad que hay aquí, hasta más o menos los cien años", ironiza.

De momento, suma 17 en esta urbe, en la que sigue formándose. "Yo tengo preparación de oído. Lo mío es ver, prestar atención, escuchar y aprender, trabajar todos los días e intentar sacar cosas nuevas, que siempre es importante para no ser muy repetitivo".

A veces, cuando regresa a su casa, no vuelve a salir hasta el día siguiente. "La gente sabe donde encontrarme. Mientras que yo pueda seguir tocando y cantando, aquí me van a tener, hasta que Dios quiera", dice.

Antonio no concibe desprenderse de una parte importante de su equipaje sentimental: su guitarra. "Yo he dicho que, cuando muera, quiero que la quemen conmigo, si es posible. Es la única cosa que puedo decir que es mía, con todos mis sentimientos ahí, todo lo que hemos pasado juntos... Me la han pedido, pero no hay forma, quizás sea egoísmo".

Su único hijo, de 31 años, vive en Madrid, con su madre, cuenta este amante de los cantautores de antes, "porque los de ahora no me satisfacen".

Sus composiciones, las que él idea, no las lleva a la calle. "Es muy raro. Tengo un repertorio de setenta temas, más o menos, entre los míos propios y los de otros. Los míos los dejo para los discos o los conciertos".

Precisamente, el próximo viernes ofrecerá un recital en el café bar Bendaña, acompañado por Ángela de Guevara. "Canta muy bien. Interpretará temas de Leonard Cohen, Bob Dylan, Janis Joplin, y yo la acompañaré con mi guitarra, claro. Con canciones de cantautores de aquí haré la segunda voz".

Es el estreno de esta joven promesa. "Es la primera vez que se pone delante de un público, a ver si se le quita el miedo escénico. El 16 de enero estaremos en otro local, en el Fuco Lois. Estoy muy a gusto con ella, canta maravillosamente. Yo ya soy un viejo en los escenarios de aquí", confiesa Recuero.

Es por ello, por esa veteranía, que echa en falta más locales con música en directo: "La cosa está muy mal, y cuesta".

Sobre si hay compañerismo entre los músicos callejeros, opina que "no todos nos llevamos bien, pero como ocurre en los demás trabajos. Cada uno es un mundo, y cada persona tiene sus cosas. Por lo general yo me suelo llevar bien con la gente".

Los niños se quedan prendados de los acordes de Recuero, y él agradece el gesto de los pequeños y de sus padres, también las monedas que le dejan, ese "esfuerzo" que hace el público.

Ahora que están tan de moda los programas en los que se nomina a aquellos cantantes que lo hacen mal, Antonio Recuero asegura que en el caso de las calles compostelanas no hay pruebas clasificatorias.

"Hay muchos que tocan y cantan mal; y otros que lo hacen regular, como yo. Siempre es conveniente dar oportunidades. Yo cuando empecé lo hacía de pena, no mal, pero poco a poco intentas hacerlo bien", enfatiza.

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