Un mexicano y un peruano luchan con el arte contra los problemas sociales

  • Roma.- Color, ritmo y luz son los tres elementos clave de una exposición inaugurada hoy en Roma, en la que tres artistas -un mexicano, un peruano y un italiano- demuestran que es posible concienciar al mundo de los problemas sociales del siglo XXI a través de la belleza y no de creaciones que infunden temor.

"El cubo negro", reflexión artística sobre los Objetivos del Milenio
"El cubo negro", reflexión artística sobre los Objetivos del Milenio

Roma.- Color, ritmo y luz son los tres elementos clave de una exposición inaugurada hoy en Roma, en la que tres artistas -un mexicano, un peruano y un italiano- demuestran que es posible concienciar al mundo de los problemas sociales del siglo XXI a través de la belleza y no de creaciones que infunden temor.

Los autores de la muestra "El cubo negro" reflexionan con obras alegres y llenas de color sobre tres de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), huyendo de los estereotipos de las imágenes de "niños desnutridos y mujeres parturientas" a las que habitualmente se recurre para denunciar estos problemas, explica a Efe el artista mexicano Luis Alberto Álvarez.

Los tres ODM sobre los que se expresa la muestra son aquellos relacionados con mejorar la salud materna, reducir la mortalidad infantil y asegurar una educación primaria universal para todos los niños del mundo, acordados en el año 2000 por la Organización de Naciones Unidas.

"Hoy en día en el arte se provoca absurdamente y se busca dar miedo y producir náuseas con ciertas obras, pero nosotros queremos explicar a la gente que también se puede trabajar con el arte aspectos sociales de una forma sublime, un arte que sea capaz de generar diversión y fomentar las buenas energías", matiza Álvarez.

Por eso, en la pequeña sala que acoge la exposición en uno de los barrios más bohemios de Roma, el Pigneto, está llena de detalles simbólicos y de elementos que, según el pintor peruano Carlos Atoche, llevan al público a una "reflexión espiritual" del momento histórico en el que se encuentra la humanidad.

Los sentimientos de los artistas están recogidos en un gran prisma cúbico que ocupa buena parte de la sala de la muestra y que, además, aloja en cada una de sus seis caras una obra de los tres pintores, que se conocen desde hace tiempo y pusieron en marcha la idea de esta exposición mientras viajaban en autobús por la Ciudad Eterna.

El cubo, en el que predominan los detalles místicos relacionados con la muerte y la cultura mexicana azteca, cuelga del techo de la Galería "Whiteclubalpigneto" simulando ser un planeta del Sistema Solar que gira continuamente sobre su eje.

"Este cubo en sí mismo es una metáfora del mundo cuadrado, obtuso y cerrado" en el que se ha convertido el planeta Tierra en los últimos años, afirma Álvarez.

No obstante, el mexicano cree que la sociedad actual, a pesar de haber fomentado los problemas, es la única capaz de "abrir en el espacio una nueva lectura del mundo" para solucionar las dificultades sociales en las que está sumido el Universo.

Para implicar más al público, los artistas han programado un espectáculo de luces y sombras que se activa cada 24 minutos (para simular las 24 horas de un día) y que finaliza con la desaparición total de la iluminación en la sala, que se sustituye por unas estrellas reflectantes que, según Atoche, "resaltan la esencia cósmica" de la exposición.

Además, una música inquietante y misteriosa guía al público a través de las obras de Álvarez, Atoche y el italiano Antonio Russo, que lucen rodeadas de arena negra, recogida ayer en un mar cercano a Roma.

"El cubo negro", que estará abierta al público hasta el próximo viernes 13 de mayo, es una muestra enmarcada en el ciclo de exposiciones "El futuro es mío", en la que jóvenes artistas recogen los ocho ODM a través de creaciones propias.

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