Una gata llamada deseo

  • Los dos grandes teatros públicos de Madrid representan 'Un tranvía llamado deseo', dirigida por Mario Gas y protagonizada por Vicky Peña, y 'Gata sobre el tejado de zinc caliente', en versión de Álex Rigola.
'Un tranvía llamado deseo'
'Un tranvía llamado deseo'
Efe
Fernando de Luis-Orueta

Es una circunstancia poco común que el Centro Dramático Nacional y el Teatro Español programen simultáneamente al mismo autor. Pero es que en este 2011 se cumplen cien años del nacimiento de uno de los dramaturgos más importantes del siglo XX como Tennessee Williams.En el teatro Valle Inclán (segunda sede del CDN) Gata sobre el tejado de zinc caliente cumple su primera semana de representaciones, mientras el cartel de la sala principal del Español lo ocupa Un tranvía llamado deseo.

El Tranvía lleva la rúbrica del propio director del teatro municipal, Mario Gas, aunque la iniciativa de este montaje no fue suya, sino del productor Juanjo Seoane, que llevaba tiempo buscando a la actriz idónea para encarnar a Blanche, la mujer madura y desgarrada que protagoniza la función. Y la encontró viendo a Vicky Peña en Sweeney Todd,la obra magna del musical que se representó en este mismo espacio dos temporadas atrás.

"A mí no se me ocurrió nunca. Hay personajes con los que uno sueña, pero Blanche no", reconocía Vicky Peña en la presentación de la obra en declaraciones recogidas por la agencia Efe. Como tenía "ciertos reparos" ante la oferta, puso como condición ponerse en " en buenas manos" y por eso propuso que fuera Mario Gas, con quien ha llevado a la par su vida personal y su carrera, quien estuviera "al timón".

"Es un personaje muy complejo y rico que va revelando sus sombras y perfiles como en una cubeta fotográfica. Es un retrato intenso, violento, dulce y crudo de una realidad concreta pero totalmente extrapolable. Todos tenemos a una Blanche cerca o conocemos a alguna", señala Peña.

El segundo gran reto era enfrentarse a la alargada sombra de la adaptación cinematográfica de 1951 con Marlon Brando. El elegido para romper esa barrera ha sido Roberto Álamo, el actor de deslumbró a propios y extraños con Urtain. Completa el reparto Ariadna Gil, que llevaba 13 años sin subirse a las tablas.

Mientras tanto, el Centro Dramático Nacional que dirige Gerardo Vera ha programado la versión Gata sobre el tejado de zinc caliente que Álex Rigola puso en pie para su Teatre Lliure barcelonés el pasado otoño.

Con una duración de una hora y media, Rigola ha realizado una adaptación libre del drama familiar ideado por el dramaturgo estadounidense que prescinde de muchos personajes secundarios para centrarse en los principales.

La adaptación no obvia la supuesta homosexualidad de Brick, el protagonista, y se pregunta si, medio siglo después de que Williams escribiese este texto, la sociedad actual tiene asumida la homosexualidad. "Sigue sin estar resuelta la convivencia en gustos sexuales", asegura Rigola.

El reparto está integrado, en su mayoría, por actores que llevan muchos años dentro de Teatre Lliure, como Santi Ricart, Chantal Aimée, Ester Cort y Joan Carreras. De hecho, la edad de los intérpretes, alrededor de los cuarenta años, es más avanzada que la de los personajes originarios, lo que para Rigola da a la obra "una mayor profundidad" a los personajes.

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