Una gran feria revitaliza la plaza de toros de Zaragoza en su 250 aniversario

  • La plaza de toros de Zaragoza, sumida en una acusada crisis de público a lo largo del último lustro, se ha visto revitalizada con los excelentes resultados artísticos y económicos de la feria del Pilar que finalizó ayer y con la que se ha conmemorado el 250 aniversario del coso.

Paco Aguado

Zaragoza (España), 14 oct.- La plaza de toros de Zaragoza, sumida en una acusada crisis de público a lo largo del último lustro, se ha visto revitalizada con los excelentes resultados artísticos y económicos de la feria del Pilar que finalizó ayer y con la que se ha conmemorado el 250 aniversario del coso.

El trabajo de la nueva empresa, la sociedad entre Simón Casas y José Cutiño, tuvo una buena respuesta de taquilla que, aún sin datos concretos publicados, fue notablemente superior a la de anteriores ediciones del abono pilarista, con al menos tres cuartos del aforo cubiertos en seis de los nueve festejos.

Y si fueron buenos los resultados de asistencia de público, no menos bueno ha sido el balance artístico de la feria de esta ciudad del centro de España, con actuaciones destacadas casi todas las tardes, el corte de veintiuna orejas y un rabo, cinco salidas a hombros y el indulto de un novillo.

La actuación más rotunda fue la de El Juli, que le cortó las dos orejas al quinto toro de la corrida del día del Pilar, y pudo haber paseado otras cuatro del anterior de no haber fallado con la espada. La apabullante demostración de temple y poder del madrileño con ambos le define como el triunfador incontestable del abono.

Salió a hombros El Juli, igual que hizo Alejandro Talavante la tarde anterior después de cuajarle a un toro de Juan Pedro Domecq la faena de mayor expresividad artística. El extremeño, que reaparecía tras recuperarse a marchas forzadas de una lesión de tendones en la mano izquierda, volvió a reivindicarse al máximo nivel en una campaña compleja.

La otra salida a hombros entre los matadores de toros la protagonizó El Fandi, que aprovechó las vibrantes embestidas de un ejemplar de Fuente Ymbro para darle fiesta en todos los tercios al amable público de la corrida goyesca que conmemoró, el 8 de octubre, el aniversario del coso levantado por Ramón de Pignatelli.

En cambio, no pudo atravesar la puerta grande Daniel Luque, que saldó su solvente actuación en solitario del día 9 con el corte de tres orejas, pero no logró desorejar por partida doble a ninguno de los seis toros, requisito que exige el reglamento taurino de Aragón para gozar de ese privilegio.

Con orejas sueltas pero menos rotundidad, también destacaron este año en Zaragoza un inteligente Enrique Ponce y un puro y clásico Diego Urdiales, mientras que el aragonés Paulita hizo lo más destacado ante los "victorinos".

Capítulo aparte merecieron este año las dos novilladas programadas en el inicio de la feria, sin una excesiva asistencia de público pero con un desarrollo altamente interesante.

En la primera de ellas compitieron a gran nivel Borja Jiménez, José Garrido y Ginés Marín, tres de los novilleros punteros del momento que mostraron, y en especial el tercero de ellos, su gran proyección de futuro.

Y en la segunda, que concitó un mayor número de aficionados por el anuncio de la ganadería local de Los Maños, el castellonense Varea obtuvo el mayor triunfo numérico de la feria, entre los de a pie, al cortar tres orejas, dos de ellas simbólicas, y contribuir al indulto del novillo "Quejoso".

Si la de Varea fue la primera salida a hombros de la feria en orden cronológico, la última la protagonizó ayer el rejoneador Diego Ventura, que le cortó un rabo a un toro de Bohórquez por una faena espectacular y vertiginosa.

Ventura fue el triunfador de una especialidad en la que todos los actuantes obtuvieron trofeos, tanto Andy Cartagena y Leonardo Hernández en el cierre exclusivo de rejones como Hermoso de Mendoza en la corrida mixta del día 11.

Todos estos triunfos se dieron a pesar de que, ganaderamente hablando, no destacaron lotes completos de toros entre una mayoría de corridas de muy seria presencia, aunque sí hubo ejemplares sueltos muy destacados.

Para la historia quedará el indulto de "Quejoso", un noble novillo de la ganadería de Los Maños, de sangre Santa Coloma, que es el único astado al que se ha perdonado la vida en los dos siglos y medio de historia del coso zaragozano.

En el cuadro de honor también queda el juego de "Picarón", de Fuente Ymbro, que el día del aniversario de la plaza recibió los honores de la vuelta al ruedo, premio que también debió concederse a "Tasador", de Antonio Bañuelos, jugado al día siguiente.

Además de estos dos bravos cuatreños, apenas destacaron un par de ejemplares de Juan Pedro Domecq y Parladé, que contrastaron con las decepciones provocadas por los desabridos toros de Victorino Martín, la mayoría de descastados de Fuente Ymbro y los flojos de Núñez del Cuvillo.

Entre tan buen balance artístico, la sensación entre la afición zaragozana y los responsables de la empresa al finalizar la feria es que la larga crisis de gestión y público que sufrió esta importante plaza se ha quedado únicamente en un mal recuerdo.

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