Una muestra ilustra la influencia que El Greco tuvo en la obra de Rusiñol

Barcelona, 4 dic.- La exposición "El Greco. La mirada de Rusiñol" ilustra desde hoy en la Fundación Francisco Godia la influencia que la pintura de El Greco tuvo en la obra de Santiago Rusiñol, pintor que contribuyó a su recuperación en España como símbolo de la modernidad.

La muestra reúne unas cuarenta obras de El Greco y su taller, pertenecientes a coleccionistas españoles privados, así como de Rusiñol y de artistas coetáneos como Ignacio Zuloaga, Pablo Picasso, Ramon Casas o Darío de Regoyos, que también participaron de esa influencia grequiana.

Rusiñol descubrió la obra de El Greco en París, mediante su amigo Ignacio Zuloaga y fue uno de los primeros coleccionistas tras adquirir dos cuadros, que ha cedido para esta exposición el Museo Cau Ferrat de Sitges (Barcelona), que fundó el propio Rusiñol: "Las lágrimas de San Pedro" y "Magdalena penitente con la cruz".

El Greco, que no formaba parte del canon del arte español del Siglo de Oro, se convirtió en un modelo para los artistas después de que "Rusiñol llevara a cabo una tarea de divulgación y proselitismo y lo convirtiera en el punto de partida de una nueva manera de entender la creación, como una manifestación del espíritu, frente al materialismo de la época industrial", ha explicado una de las comisarias de la muestra, Nadia Hernández.

La exposición, que cierra los actos de la celebración del cuarto centenario de la muerte de Doménikos Theotokópulos, en Toledo, se podrá ver en Barcelona hasta el próximo 2 de febrero, y gracias a la colaboración de la Obra Social La Caixa, se exhibirá en 2015 en los CaixaFórum de Palma (a partir de junio) y de Zaragoza (otoño).

Para Nadia Hernández, la muestra "no analiza tanto la obra de El Greco, como su recepción y las consecuencias que el descubrimiento de Rusiñol tuvo en el mundo artístico, que fue decisiva en la revalorización de un artista marginado de la tradición pictórica española".

Las obras adquiridas por Rusiñol en París llegaron a Cau Ferrat en procesión por las calles de Sitges en la III Fiesta Modernista de 1894, rodeadas de los artistas, escritores y músicos más importantes del momento.

"San Francisco en meditación", "Cristo en la cruz", "Cristo con la cruz", "San Juan Evangelista", "San Pablo", "Magdalena penitente" son algunos de los cuadros de El Greco que se exhiben en la Fundación Francisco Godia.

Junto a un conjunto de obras de Rusiñol, entre las que destacan "La morfina" o "Paroxismo del novicio", que reproducen la atmósfera espiritual tan presente en los cuadros de El Greco, o la copia que pintó en el Museo del Prado de "El caballero de la mano en el pecho", en el itinerario expositivo se pueden contemplar el retrato de Azorín que hizo Zuloaga, o dos retratos al estilo grequiano que hizo Picasso en 1899.

La directora del Cau Ferrat y también comisaria, Vinyet Panyella, ha recordado en la presentación que "aunque el primer interés de Rusiñol por El Greco es como coleccionista, posteriormente le influirá como artista, desde un punto de vista cromático, en el sentido compositivo y en una vertiente conceptual de lo místico".

Esta influencia, añade Panyella, "acaba desplazando al Velázquez de los comienzos de su pintura de Rusiñol".

La asimilación entre Rusiñol y El Greco es tan intensa, subraya Panyella, que en pocos años tres artistas, Ramon Pichot, Picasso y Ramon Casas, retratan a Rusiñol a la manera grequiana, con la mano en el pecho.

El director general de la Fundación Greco 2014, Jesús Carrobles, ha expresado hoy su satisfacción por que el año Greco finalice en Barcelona, pues "era importante mostrar la lectura catalana de la obra de El Greco, sin la cual la visión global del pintor habría sido más pobre".

Según Carrobles, "no solo Rusiñol fue determinante en la recuperación de El Greco, sino que también intervinieron Picasso, Eugeni d'Ors, la generación del 27 y el propio Dalí".