Una muestra se adentra en la mirada más limpia de la fotógrafa Lisette Model

  • Madrid.- La Fundación Mapfre recupera la mirada limpia y los juegos de contrastes de Lisette Model, clave en la historia de la fotografía y olvidada por los expositores en los últimos años, con una selección de las imágenes más representativas de su estilo, que forjó en Estados Unidos como artista y docente.

Una muestra se adentra en la mirada más limpia de la fotógrafa Lisette Model
Una muestra se adentra en la mirada más limpia de la fotógrafa Lisette Model

Madrid.- La Fundación Mapfre recupera la mirada limpia y los juegos de contrastes de Lisette Model, clave en la historia de la fotografía y olvidada por los expositores en los últimos años, con una selección de las imágenes más representativas de su estilo, que forjó en Estados Unidos como artista y docente.

Nacida en Viena, aunque de nacionalidad estadounidense desde 1944, Lisette Model (1901-1983) se regía por un lema: "Fotografía con el estómago". Una máxima que marcaría su trayectoria y que transmitió a sus alumnos durante su carrera como docente en Estados Unidos, de la que nacerían figuras como Diane Arbus, Bruce Weber o Larry Fink.

Autodidacta "en casi todo", según ha dicho hoy la comisaria de la exposición, Cristina Zelich, Model no recibió jamás una sola clase de fotografía, pero siguió el consejo de uno de sus compañeros de oficio, Rogi André: "fotografía sólo aquello que te atraiga, aquello que te interese".

Eso es precisamente lo que refleja esta muestra, que deja fuera una serie de reportajes "que se aleja de su forma de fotografiar" y que la artista realizó en torno a 1953 mientras era investigada por el Comité de Actividades Antiamericanas, durante la 'Caza de Brujas', cuando "el miedo la atenaza y sus imágenes no son tan directas", ha explicado Zelich.

Y es que esta selección de imágenes pretende demostrar que Lisette Model "se expresa con libertad y sin cortapisas", según Zelich, para quien la fotógrafa utilizó su objetivo como "medio de detección", para cuestionar la realidad, formular una pregunta y "encontrar una respuesta en la imagen fotográfica".

"Lisette Model", que viajará al Jeu de Paume de París en febrero y podrá verse en la Fundación Mapfre hasta el 9 de enero, rescata la época más intensa de la autora, de 1939 a 1947, con una de sus series más espectaculares, "Reflections", que transmite "la sorpresa y entusiasmo que le causó la ciudad de Nueva York".

Impulsada por la necesidad de contar muchas cosas en una sola imagen, Model capta esos reflejos de Nueva York, "un fotomontaje natural", en palabras de la comisaria, que superpone la opulencia de la Quinta Avenida y la espectacular arquitectura neoyorquina.

Esa mirada, siempre nítida, se completa con piernas a la carrera captadas casi a ras del suelo, en la frenética serie "Running Legs", y con "Pedestrians", peatones fotografiados en contrapicado, algo que la comisaria atribuye a propia altura de Model, que "era muy bajita".

Pero Model empezó a desarrollar su carrera en 1933 en Francia, obligada a sumergirse en el quehacer fotográfico para ganarse la vida y donde realizaría una de sus series más conocidas, "Promenade des Anglais", con la que arranca la exposición.

En un tiempo en el que crecían los totalitarismos y el antisemitismo, esas primeras imágenes de Lisette Model, de familia judía, "son una crítica social a esa burguesía que se refugió en la Costa Azul y que cerró los ojos ante los problemas que surgían en Europa", según la comisaria.

En el paseo marítimo o en la playa, estas instantáneas confirman la atracción de Model "por las cosas grandes y por los cuerpos voluminosos, de los que la artista, lejos de mostrar como monstruosos, quería destacar su personalidad".

Lisette Model se dejaba fascinar por las personas, por la gente, y así lo demuestran otras de sus series norteamericanas, en la salida de la Ópera de San Francisco, en las calles de Lower East Side, en Coney Island o en el Sammy's Bar de Nueva York, donde se adentra en el jazz, en el mundo del espectáculo y en la atmósfera de los bares nocturnos.

Procedentes de la National Gallery de Canadá y de las galerías Baudoin Lebon, de París, y Keitelman, de Bruselas, estas instantáneas reivindican el estilo más personal de Model, una fotógrafa que seguía observando en el laboratorio, sobre negativo, "que reencuadraba, trabajaba con los contrastes y con luces altas" recuerda Zelich.

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