Up: la tercera edad es cosa de niños

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Carl Fredricksen, el protagonista deUp,  es un anciano de 78 años. Acaba de quedar viudo y no ha tenido hijos. Lo único que le queda es su casa y aferrarse a los recuerdos de su mujer que quedan en ella. Pero los problemas legales le tienen cercado y va a tener que dejar su hogar para que se construya un macrocomplejo. Antes de tener que perder lo único que le queda de su fallecida esposa decide atar la casa a decenas de miles de globos y hacerla volar a las aventuras que imaginaba en su tiempo de casado en la selva venezolana. Problema: un pequeño boy scout patoso llamado Russell se encuentra en el porche en el momento de alzar el vuelo y ahora Carl tendrá que compartir sus sueños de juventud con un infante entrometido del que preferiría no haber sabido nunca nada.

Esta es la historia que quieren contar Pixar y Disney en su nueva apuesta veraniega. El amor y los recuerdos en la tercera edad quizá puedan no parecer la línea argumental más apropiada para una película de animación, pero como reconoce Luis Varela, el Antúnez de Camera Café, "los niños de hoy ya nacen sabiendo. También hace falta ordenar algunos conceptos y mostrar que todo momento de la vida es necesario ahora que los niños no hacen caso a sus mayores". El actor, director de doblaje y doblador lo tuvo claro: "no dudé ni un momento en aceptar hacer este personaje, ni leí el guión." Su Carl ya tenía la voz del doblador norteamericano Ed Asner, el famoso Lou Grant, aunque reconoce que no usó esta referencia. "Mire al personaje a los ojos para meterme en su piel". Daniel López, creador de personajes de Pixar, dice que la referencia para crear a Carl fue elSpencer Tracy de 'Adivina quién viene esta noche' porque "es un cascarrabias con un punto de ternura, como Tracy en aquella película".

La evolución de los 'dibujos animados'

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Disney ha tenido varias épocas. La de los clásicos iniciales, inspirados en cuentos e historias populares, desde Blancanieves hasta la época de Pocahontas y Lilo & Stitch, pasando por Peter Pan, La Bella y la Bestia o El Rey León. Cuando ya parecía que la factoría entraba en decadencia creativa surgió la unión con Pixar, iniciando una segunda etapa, cuyo cambio más visible fue pasar del dibujo animado a la animación por ordenador, pero que también cambió las historias a creaciones originales con mucho más humor: Toy Story, Los Increíbles, Buscando a Nemo o Cars son algunos ejemplos. La llegada de Wall-E el año pasado puede ser el inicio de una nueva era que confirma Up: la de las historias algo más adultas, con mucho humor pero con un trasfondo que hace que el cine no sea para niños, si no realmente para toda la familia, desde el más pequeño hasta el abuelo. No en vano, esta película abrió la última edición del Festival de Cannes, algo nunca antes logrado por un film de animación. Daniel López apunta que "se mantiene la esencia clásica, pero se le añaden detalles más contemporáneos". Se nota en los detalles, si en Wall-E más de la mitad del metraje no contenía diálogos, en Up los animales ya no hablan sin más. Si se quiere hacer hablar a un perro, se crea un personaje inventor que les fabrica un collar que traduce sus pensamientos. "Intentábamos huir de esos detalles tontos como animales parlates en una historia tan humana", asegura el creador de personajes, "pero nos gustaba tanto el detalle del perro con el collar traductor que creamos el personaje del villano a partir de esta idea".

Apuesta por el 3d

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Up incluye dentro de su promoción el detalle de poder verla en 3D en los cines habilitados para ello. Algo cada vez más habitual en el cine, sobre todo de animación. Esta tecnología se usa como tabla de salvación para poder ofrecer un producto diferenciado del que cada uno pueda descargarse en casa. Sin embargo, eso no condiciona a la hora de crear la historia, "Que se pueda exhibir en 3d ni nos afecta ni nos condiciona. Hay que disfrutar de la historia y algunos detalles hechos simplemente por epectacularidad, como flechas que se dirigen directamente al objetivo y esas cosas, te sacan de la historia", asegura Rodrigo Blaas, animador de Pixar qua ha trabajado en la película. Pese a ello, no se puede decir que Up no sea espectacular, "con una escena de fuego nos tiramos un mes entero", confiesa el especialista en efectos especiales Enrique Villa. Sus departamentos se ocupan de lo más grande y los más pequeño, "lo más complicado ha sido animar los globos, a veces había 20.000 a la vez en pantalla, reaccionando entre ellos, con sus cuerdas enredándose", dice Blaas, pero también hay detalles que cuidar: "el tono del color va cambiando a lo largo de la película, aunque el espectador no sea consciente de ello".