Valente protagoniza el inicio de la temporada literaria con "Diario anónimo"

  • Madrid.- José Angel Valente, poeta orensano de visión universal, falleció en julio de 2000, y poco después se publicó su obra "Fragmentos de un libro futuro". Ahora uno de los grandes acontecimientos de la nueva temporada editorial es la aparición de su "Diario anónimo", todo un inédito.

Madrid.- José Angel Valente, poeta orensano de visión universal, falleció en julio de 2000, y poco después se publicó su obra "Fragmentos de un libro futuro". Ahora uno de los grandes acontecimientos de la nueva temporada editorial es la aparición de su "Diario anónimo", todo un inédito.

Un libro que publicará Galaxia Gutemberg-Círculo de Lectores la primera semana de septiembre y que ha contado con la edición del poeta y crítico canario Andrés Sánchez Robayna, albacea del escritor gallego y responsable de sus Obras Completas.

Este volumen recoge los pensamientos diarios de un "nadador contracorriente" -como él se calificaba-, escritos durante de más de cuarenta años. Las anotaciones de sus viajes, los aforismos sobre su vida y sentir moral; las reflexiones sobre política o sobre la vida cotidiana e incluso algunos poemas inéditos, como explica la editorial que publica el libro, Galaxia Gutemberg/Círculo de Lectores, se incluyen en este sorpresivo libro.

Así, el lector asistirá a la lectura de todo un testimonio de vida interior, intelectual y creativa, que ocupa parte del siglo XX, visto por alguien que fue un "adelantado de su tiempo", como dijo del autor de "Fulgor", el también poeta gallego Claudio Rodríguez Fer.

Todo un panorama literario y reflexivo de José Ángel Valente (Ourense, 1929-Ginebra, 2000) al que se le enmarcó en la generación de los 50, la de los llamados "niños de la guerra", junto con Manuel Caballero Bonald, Jaime Gil de Biedma, Ángel González, Francisco Brines o Antonio Gamoneda, entre otros, etiqueta de la que quiso desmarcarse rápidamente para convertirse en una voz crítica y singular, cerca de la poesía del silencio y la mística, y hermanando siempre pensamiento y lenguaje.

Valente, premio Nacional Poesía, Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana o Príncipe de Asturias de las Letras, entre otros galardones, precisaba que el escritor difícilmente puede dejar de reflexionar sobre su propia escritura. "Pero la reflexión teórica se forma a partir de la experiencia de creación y no al contrario".

Así lo recalcaba el autor a la poeta Amalia Iglesias en una entrevista que recoge un libro con la lectura poética que el autor "Mandorla" o "Las palabras de la Tribu" hizo en el Círculo de Bellas Artes en 1999.

Para Andrés Sánchez Robayna, este nuevo libro "muestra -desde un costado interno-, el testimonio de una aventura intelectual y creadora de extraordinaria relevancia en la literatura contemporánea, un texto excepcional en el que el pensador y poeta se funden inextricablemente".

Apuntes, anotaciones, pensamientos, esbozos de poemas que dan muestra de la existencia diaria del escritor que también bebió de la mística y que decía que el poeta tiene que estar acostumbrado a no decir palabras sino, a oír lo que la palabra nos dice.

José Ángel Valente, que eligió Almería para vivir los últimos años de su vida, cuando dejo de trabajar en Ginebra como funcionario internacional y traductor de la Unesco, en 1986, también vivió una experiencia muy dura con la pérdida de su hijo, una de las situaciones más dolorosas que sobrellevó cuando pudo escribir sobre ella.

"Es la memoria la que purifica la experiencia", dijo en una entrevista con Efe, este poeta crítico, y siempre "en la otra orilla", que nunca tuvo pelos en la lengua y repetía que la poesía que se hacía últimamente en España, "en general", era mala y estaba "muy segura de sí misma".

Palabras que le supusieron siempre críticas y le convirtieron en polémico para muchos y en el mejor poeta de la segunda mitad del siglo XX para otros.

Y polémica que le siguió hasta poco después de su muerte, cuando se publicó la antología en lengua española, de las dos orillas, "Las ínsulas extrañas" (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores), que él había ideado y seleccionado, junto con Robayna, Blanca Varela y Eduardo Milán y cuya publicación provocó críticas por la ausencia de poetas como José Hierro, Ángel González o Mario Benedetti, entre otros.

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