Valladolid, 20 ene.- Medio centenar de cuadros, otros tantos documentos y más de veinte fotografías invitan desde hoy a redescubrir al pintor Ramón Gaya, "gran desconocido" pese a haber sido en 2002 el primero en ganar el premio Velázquez, cuya amistad con el poeta vallisoletano Jorge Guillén es eje de esta exposición.
La muestra "Ramón Gaya. Pintura, Verso y Prosa", inaugurada hoy, ofrece una selección de la producción creativa de una de las figuras esenciales del arte español, que nació en Murcia en 1910 y falleció en Valencia en 2005, y estrechamente relacionado con Guillén, según ha recordado el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva.
Se trata de una muestra "original", en su doble vertiente de amistad y de pintura, que recorre desde el primer al último Gaya, desde sus vanguardistas inicios a la etapa de copista de los clásicos del Museo del Prado; desde el creador luminoso que volvió del exilio, a su pintura más oscura, ha relatado el director del Museo Ramón Gaya de Murcia, Manuel Fernández-Delgado.
La exposición, que ha sido posible gracias al citado museo y a la viuda de Gaya, Isabel Verdejo, la ha montado la Fundación Municipal de Cultura para el espacio que ofrece el Museo de la Pasión de Valladolid, de donde cuelgan los homenajes a Cézanne, Velázquez, Murillo, Tiziano o Cristóbal Hall.
Fernández-Delgado ha recorrido la vida singular de Gaya, un "personaje solitario, con amigos excepcionales", entre ellos varios poetas del 27, incluido Guillén, y un creador que "no ha sido reconocido por el mundo de la pintura porque ha actuado a trasmano, por caminos solitarios".
"Siempre ha pasado a trasmano por el mundo de la modernidad", ha sido alabado por todos los escritores del XX y de él "muy pocos pintores se han atrevido a decir algo", ha expresado el director del Museo Gaya de Murcia, quien ha invitado a adentrarse en esos cuadros de tema del murciano, sus telas religiosas y mitológicas, pero también sus homenajes a los clásicos.
Gaya "insiste en Velázquez" para que "mires a Velázquez", una actitud cuya "generosidad" ha destacado Fernández-Delgado, por invitar a descubrir a otros.
El alcalde de Valladolid ha recordado ese primer acercamiento entre Guillén, que entonces tenía 34 años, y un jovencísimo Gaya de 17, que el poeta vallisoletano ya describe en 1927 como "una promesa en la pintura moderna" y de quien celebra su "inteligencia extraordinaria", "su madurez y seguridad monstruosas".
Gaya y Guillén emprendieron tras la guerra civil el camino del exilio, aunque se vieron en Europa y en América.
En la exposición hay, aquí, un homenaje a Murillo; allá, las Meninas que remiten a Velázquez o ese trazado que evoca a Guillén, quien respondió con la pieza "el vaso de agua", además de fragmentos y reflexiones de Gaya sobre el arte o sobre la soledad que invitan a descubrir a este gran pintor.
Como nexo latente está Guillén, a quien la ciudad de Murcia considera su García Lorca o su Gerardo Diego particular en cuanto a lo que supuso para la vida cultural del momento, ha reconocido Fernández-Delgado.-
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