Variado encierro de Javier Molina y poca resolución de los espadas en Madrid

  • La ganadería de Javier Molina lidió hoy en Las Ventas un variado encierro, con algunos astados con posibilidades, sin embargo, la poca capacidad resolutiva de los espadas actuantes propició un espectáculo tan largo como aburrido.

Javier López

Madrid, 27 abr.- La ganadería de Javier Molina lidió hoy en Las Ventas un variado encierro, con algunos astados con posibilidades, sin embargo, la poca capacidad resolutiva de los espadas actuantes propició un espectáculo tan largo como aburrido.

FICHA DEL FESTEJO.- Novillos de Javier Molina, muy bien presentados y, con algunos matices, de interesante comportamiento. El primero tuvo un buen pitón izquierdo; el segundo tuvo nobleza y temple; encastado aunque a menos el tercero; con poder el cuarto; con poco fondo el quinto; y manejable el sexto.

Mario Alcalde: estocada y larga agonía (ovación que saluda la cuadrilla tras aviso); y estocada (silencio tras aviso).

Brandon Campos, de México: pinchazo, estocada trasera y dos descabellos (silencio tras dos avisos); y pinchazo hondo, estocada caída y descabello (silencio tras aviso).

Vicente Soler: estocada desprendida y descabello (silencio tras aviso); y pinchazo, otro hondo y descabello (silencio tras aviso).

En cuadrillas, destacó El Patillas picando al tercero.

La plaza tuvo casi un tercio de entrada en tarde agradable.

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NO PUDIERON CON LA NOVILLADA

Hay toros que para torearlos en el sentido estricto de la palabra hay que poderlos primero, dominarlos con las infalibles armas del temple, el aplomo y la seguridad para conseguir esa mágica comunión entre la bravura del animal y la capacidad del hombre.

Eso fue lo que ocurrió en el festejo de hoy en Las Ventas, una novillada de Javier Molina que sin ser un dechado de bravura ni de calidad, sin embargo, hubo algún que otro novillo con poder que no fueron aprovechados convenientemente.

Y eso que Alcalde empezó la tarde exprimiendo al que abrió plaza, novillo muy justo de fuerzas pero con buen son por el izquierdo, lo que aprovechó el torero para recetarle un par de series de buena factura al natural.

Toreo pausado, encajada la figura y tirando con mucha suavidad de las nobles embestidas de un utrero al que sacó todo lo que tenía dentro.

Pero con el cuarto, novillo con poder y buen tranco por el pitón derecho, se vio a un Mario Alcalde con muchas ganas pero sin acabar de hacerse con la situación.

Hubo pases aislados pero le faltó exactamente lo que anteriormente le había hecho destacar, es decir, templar las acometidas su oponente en una labor un punto acelerada y carente de unidad.

Flojito también de remos fue el primero de Brandon Campos, que, sin embargo, se vino arriba en el último tercio. La pena fue que el joven mexicano no se acopló con él, y cuando parecía que iba a hacerlo ya fue demasiado tarde.

No supo darle la distancia oportuna ni se ciñó lo suficiente con el astado, por lo que los pases, muy espaciados, salieron casi todos tropezados. Solamente puede anotársele un par de muletazos sueltos en las postrimerías, insuficiente a todas luces dadas las posibilidades que le brindó el de Javier Molina.

En el quinto interpretó Campos un novedoso saludo de capote a base de tapatías al paso y gaoneras, e inició la faena de muleta con una temeraria arrucina en la misma boca de riego.

Anduvo muy decidido el mexicano pero esta vez no pudo resolver por culpa del novillo, que se desplazó en un primer momento pero enseguida comenzó a quedarse corto hasta pararse. Ya está dicho que quiso mucho en todo momento Campos, tanto que llegó a sufrir una fea voltereta, pero en lo artístico no hubo tampoco nada que ensalzar.

Vicente Soler volvía a Las Ventas después del triunfo cosechado en esta misma plaza el pasado 6 de abril, pero lejos de repetir aquella gran actuación, esta vez, se quedó a medio camino.

Su primero fue novillo bravo en el caballo y con temperamento en la muleta de un Soler un tanto desconfiado.

Antes había banderilleado con soltura el de Burriana, pero, ya está dicho, le faltó más aplomo y seguridad en el último tercio para solventar la papeleta ante un astado que, también hay que decirlo, acabó también apagándose.

En el sexto anduvo más centrado Soler, e incluso lo pasó por el derecho con mejor compostura que en su turno anterior, pero a raíz de dos inoportunos desarmes aquello fue irremediablemente a menos.

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