Veraneantes en el teatro

  • Se estrena hoy en el teatro La Abadía de Madrid 'Veraneantes', un clásico del dramaturgo Maxim Gorki libremente reescrito y dirigido por Miguel del Arco. No es la Rusia del 1904, sino la España del siglo XXI. Aun así, las situaciones y los personajes siguen teniendo mucho en común.
Veraneantes. © Ros Ribas Teatro La Abadía
Veraneantes. © Ros Ribas Teatro La Abadía
© Ros Ribas Teatro La Abadía
Alessia Cisternino

Desconectar, relajarse, pasarlo bien. La receta para un verano ideal es simple y bien sabida. Otra cosa es que luego ese "plato" nos salga como tiene que salir y que dure algo más del paréntesis veraniego. En esta búsqueda de la felicidad que caracteriza el verano – efímera y la mayoría de las veces destinada al fracaso – se centra 'Veraneantes', una adaptación de la obra del dramaturgo ruso Maxim Gorki que se estrena hoy en el teatro La Abadía de Madrid.

Según el director de la obraMiguel del Arco se trata de una reescritura muy libredel clásico de Gorki, que se aleja mucho del texto original, con el que sin embargo comparte algo más que el llamativo subtítulo de la función – "vienen, los ensucian todo y se van" – y es "la necesidad vital de cambios". Tanto en la Rusia de 1904, fecha en la que Gorki escribió la obra, como en la España del siglo XXI.


Aire de cambio

"Gorki escribía que había algo en el aire que pedía un cambio" dice Miguel del Arco. "Creo que estamos en un momento en el que hay un montón de cosas que piden que algo cambie de una manera brutal: aludo a la percepción que tenemos de la clase política, de los desastres medioambientales, de las indignidades a las que sometemos al ser humano en clave de dinero, de crisis económica. Pienso que hay cada vez más conciencia de esto, pero que no tenemos la valentía que tenían en 1904 para emprender este cambio".

"Estamos mucho más acomodados en la mal llamada sociedad del bienestar porque luego el bienestar se reduce a tu casita, tu cochecito y tu trabajito, pero creo que hay algo que necesita cambiar porque no lo hemos mejorado después de un siglo y es la dignidad del ser humano".

Para el actor Miquel Fernández, todos los personajes de la obra "tienen mucho dolor, no están felices: pertenecen a la clase alta, pero son muy infelices y el verano es un momento en el que cada uno quiere disfrutar, pasárselo bien y obviar sus problemas y ninguno de ellos puede No puede porque está podrido por dentro y no lo consigue".

Un espectáculo a cuatro bandas

Miguel del Arco ha optado por dar a sus once personajes – seis de los cuales ya habían trabajado con él en su anterior pieza 'La función por hacer' – el nombre de los actores que los interpretan. Una licencia más respecto al texto de Gorki pero también a una regla del cine y del teatro que muy pocas veces se pone en discusión.Sin embargo, como explica Miquel Hernández, esta identidad inusual entre los actores y sus personajes consigue el efecto de acercar a los actores al público y entre sí, haciendo que la obra sea más cercana y más coloquial.

Si a esto se añade que se trata de un espectáculo a cuatro bandas, es decir que el público rodea el escenario por los cuatro lados, el acercamiento y, por qué no, la catarsis, están asegurados. Siempre según Miguel del Arco " 'Veraneantes' es una función de la que, aunque hay mucho humor y la gente se ríe mucho, todo el mundo sale con la conciencia de que es una realidad desoladora como es la de Gorki, porque realmente en el escenario hay un abanico de seres humanos que hace pensar todo el rato "¿qué estamos haciendo? ¿qué estamos haciendo?" y te hace pensar que algo va mal".

La necesidad de ser felices, la incapacidad de escucharse el uno al otro, el miedo al silencio y la diversión como imperativo social– incluso para los niños – son para Miguel del Arco los pilares de esta obra que es para él un "trampolín para hablar de mi tiempo". En este sentido, la Rusia en la víspera de la revolución y la España del siglo XXI tienen mucho más en común que el título de una pieza teatral.

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