Vinted, la app donde puedes vender tu ropa y no te cobran ninguna comisión

  • Esta 'startup' de origen lituano se está expandiendo por el mundo y ahora ha llegado a España de la mano de las influencers.
Vinted
Vinted
Pixabay

Hoy en día, con el consumo en su máximo esplendor, quien más quien menos tiene en su armario bastantes prendas de ropa que no usa. Muchas veces, la compra por impulso da lugar a que muchas cosas queden en el fondo de un cajón sin tan siquiera quitales la etiqueta. Antes, eso suponía una pérdida de dinero, pero ahora, con el desarrollo tecnológico actual, puede ser una fuente de ingresos, porque las aplicaciones de compra y venta de segunda mano triunfan. Y más si son de ropa, como una que acaba de llegar a nuestro país con el objetivo de desbancar a las que dominan el sector, Micolet y Chicfy.

Se llama Vinted y su origen es lituano, pues allí fue donde surgió todo hace una década. Si bien en estos años ha logrado expandirse por buena parte de Europa y llegar a Estados Unidos con una vuelta de tuerca al modelo de reinante en este tipo de plataformas: no cobra comisión por venta. El usuario pone el precio de sus prendas y ese es el dinero que se lleva, íntegro. Por ello, este modelo disruptivo está apoyado por numerosos fondos de inversión.

En concreto, Vinted cuenta con el respaldo financiero del fondo de Accel, firma de capital riesgo americana -que ha sido clave para su llegada a Estados Unidos en 2010-, de Insight Venture Management -fondo especializado en tecnológicas-, Burda Principal Investments y Sprints Capital. Así, lo que empezó siendo una aventura de dos amigos se ha convertido en un negocio con cuatro oficinas en Berlín, Praga, Varsovia y Vilna, 150 empleados, más de 20 millones de usuarios y presencia en una docena de países.

Aunque en España lleva varios años funcionando, en este arranque de año es cuando hemos empezado a escuchar su nombre con insistencia a través, como no podía ser de otro modo, de las redes sociales. Porque en los últimos días numerosas influencers están patrocinando esta web, en las que ellas mismas venden sus modelitos, a través de sus canales. Tamara Gorro, Anita Matamoros o la 'youtuber' Noelia Muñoz de Morales son algunas de las que ya tienen su ropa en Vinted.

Hacer de la necesidad un negocio

El origen de este negocio se remonta a 2008, cuando la cofundadora, la lituana Milda Mitkute, tenía que mudarse de casa y no sabía qué hacer con toda la ropa que ya no usaba. Fue su amigo Justas Janauskas quien le dio la idea de hacer una página web para ponerla a la venta, una forma mucho más cómoda que hacer un mercadillo físico. Así ambos crearon el germen de Vinted, que empezó en el mercado lituano, desde donde se expandió a Alemania y de ahí a Estados Unidos en 2010.

Fue en 2012 cuando la 'startup' pasó de la mesa al móvil, pues en ese año lanzó su app, que es la que le ha dado el reconocimiento actual, ya que hoy en día el 'smartphone' es el principal instrumento de acceso a Internet. Así, ha llegado hasta 2019 con la intención de ganar peso en España, donde Micolet y Chicfy dominan el mercado de la venta de ropa de segunda mano. Ahora, el negocio se ha profesionalizado y, aunque los dos fundadores siguen en la cúpula de la firma, cuentan con un consejero delegado y un director financiero, Thomas Plantenga y Mantas Mikuckas.

La diferencia sustancial de Vinted es que no cobra comisión por la venta de las prendas a sus dueños, a diferencia de las anteriores. De este modo, ellos ponen el precio y se lo llevan íntegro. Para cobrarlo, ya que se paga por la app, se puede recibir vía transferencia a la cuenta bancaria o por PayPal. Si no, se puede quedar en el propio monedero del usuario en la web y usarse para comprar ropa de otras vendedoras. 

En este caso, además, el modelo es similar a Wallapop, ya que son los propios uusarios los que se ponen en contacto. En otras 'staratups' de este tipo se compra como en la web de una marca, a modo de catálogo, mientras que en Vinted se da un trato personal. Así, los pedidos se pueden enviar por correo o entregarse en mano. 

Así, en un momento en el que el mundo se plantea hasta dónde puede aguantar el desenfreno del consumo, las iniciativas que apuestan por reciclar y darle una segunda vida a las cosas que ya no se utilizan no paran de ganar adeptos. Si en España ha sido Wallapop, donde se puede comprar de todo, en otros países negocios como Vestiaire Collective en Francia -que vende artículos de lujo de segunda mano- demuestran que la fiebre por lo 'vintage' está más viva que nunca y puede ser, además, una buena forma de tener unos ingresos extra.

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