Vinterberg explora "la fragilidad humana" en "La caza"

  • Fue el precursor del movimiento dogma con "Celebración" y ahora el danés Thomas Vinterberg ha rodado lo que el denomina la "antítesis" de ese filme, "La caza", una historia dura, dramática y realista con la que "explora la fragilidad humana", según explica en una entrevista con Efe.

Alicia García de Francisco

Madrid, 19 abr.- Fue el precursor del movimiento dogma con "Celebración" y ahora el danés Thomas Vinterberg ha rodado lo que el denomina la "antítesis" de ese filme, "La caza", una historia dura, dramática y realista con la que "explora la fragilidad humana", según explica en una entrevista con Efe.

"No es solo una película sobre el dilema entre la mentira y la verdad o sobre un posible caso de pedofilia", explica pausadamente Vinterberg por teléfono desde Copenhague sobre una película que cosechó muy buenas críticas en la pasada edición del Festival de Cannes, donde participó en competición, y que se estrena hoy en España.

Su objetivo era dar una "mayor perspectiva", narrar la "pérdida de la inocencia" y la "pérdida de la amistad" como puntos centrales de una historia susceptible de muchas interpretaciones, algo que espera que el espectador detecte al ver el filme.

Klara es una niña de cuatro años que adora a su profesor de guardería, Lucas, uno de los mejores amigos de sus padres. Pero al sentir que el profesor no le hace el caso que quiere, le acusa falsamente de abusos sexuales.

Vinterberg comenzó a investigar un caso real ocurrido hace años en Dinamarca y otros tantos en países diferentes, como Suecia o España. Recabó mucha información y se entrevistó con jueces que se habían ocupado de falsas acusaciones de delitos.

El resultado es una "historia sobre el viaje emocional de Lucas", de cómo sus amigos, la comunidad en la que vive, creen a la niña por encima de él pese a la inexistencia de pruebas que confirmen la acusación.

Una historia que comienza llena de luz y de placidez en una localidad escandinava sin identificar, que roza la perfección en la convivencia de sus habitantes.

Y que, en opinión de Vinterberg es la "antítesis" de "Celebración" (1998), que se centraba en la lucha de un hombre contra una masa de mentiras en medio de las cuales encuentra la verdad. Pero se diferencia con "La caza" en que en aquel caso el protagonista no era inocente.

"En ambos casos la víctima es el menor", resalta Vinterberg, a quien interesaba explorar esa capacidad de los niños para hacer realidad una ilusión hasta llegar al límite de que "parte de su memoria adopta una mentira como verdad", lo que les hace desarrollar los mismos problemas mentales de quienes les provocaron el problema.

Para encarnar al profesor de "La caza" Vinterberg quería desde el primer momento a Mads Mikkelsen -que logró el premio de interpretación masculina en el Festival de Cannes 2012-, aunque reconoce que escribió el papel pensando en otro actor, imposible de conseguir, un Robert de Niro joven.

"Siempre escribo para actores específicos", explica Vinterberg, que en esta ocasión ya sabía que tendría que adaptar el papel para otro actor, que tuvo claro que sería Mikkelsen.

"Mads es tan guapo, masculino y escandinavo, que tuve que adaptarle el papel", que pasó de ser un hombre de pocas palabras y muy duro -con De Niro en mente- a uno más frágil.

Una elección que fue perfecta no solo por su impecable interpretación sino por la interacción con Annika Wedderkopp, la niña que interpreta a Klara en la película.

"Fue un casting muy difícil", reconoce el realizador. Una agencia especializada se encargó de encontrar a la niña y llegaron hasta Annika, una niña "increíble" que "entendió a la perfección" toda la parte de su papel relacionada con el engaño y la mentira puesto que era demasiado joven para explicarle la connotación sexual detrás de la historia.

"Es brillante", hasta el punto de que todos los que participaron en el rodaje con ella "estaban intimidados" por su talento, recuerda divertido el realizador.

La sencillez de la interpretación de la niña es una de las claves de la película, que se mueve en un mundo de adultos que razonan menos que los niños.

Una película que ha arrasado en Dinamarca y ha generado "fuertes reacciones emocionales" no solo en su país de origen sino en otros como Francia y Holanda, lo que ha demostrado que "el lenguaje del cine es universal".

Ese carácter universal de la historia es lo que busca Vinterbeg en sus películas.

Crear personajes e historias "que permanezcan, que se queden contigo", lograr "momentos en la pantalla que pasen a ser parte de la gente, de sus recuerdos".

Y mientras busca ideas para su próxima película, Vinterberg volverá a Cannes, este año para presidir el jurado de la sección "Una cierta mirada", un filón inagotable para descubrir nuevos cineastas.

"Me siento muy honrado de ser parte de 'Una cierta mirada', una sección en la que los cineastas muestran mucho valor y originalidad en sus propuestas. Estoy seguro de que no quedaré decepcionado".

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