William Kent, el arquitecto de la Gran Bretaña georgiana y el jardín inglés

  • Alejandra Olcese.

Alejandra Olcese.

Londres, 21 mar.- Planos, cuadros y muebles diseñados por William Kent (1685-1748), el polifacético arquitecto que levantó la Gran Bretaña georgiana, integran una muestra que se inaugura mañana en los salones del museo Victoria & Albert de Londres.

La muestra "William Kent: Diseñando la Gran Bretaña georgiana", que está abierta al público hasta julio, es un recorrido por la vida y la obra de este artista versátil de la Ilustración (siglo XVIII), considerado el creador del jardín inglés.

La muerte de la reina Ana de Inglaterra en 1714 marcó el inicio de la era georgiana, el periodo de esplendor en el que reinaron cuatro monarcas -Jorge I, II, III y IV- de la casa de Hannover y en el que se cambió el estilo neoclásico por el barroco para construir una nueva nación, tras la unión con Escocia en 1707, que dio lugar a Gran Bretaña.

Fue Kent el encargado de diseñar el prominente edificio blanco que alberga el Tesoro y el Horse Guards, donde está la guardia montada a caballo de palacio, con vistas al parque real de St.James, en el centro de Londres.

Los planos de esos dos edificios icónicos, que atraen hoy a miles de turistas que visitan la capital británica, se exhiben en la muestra, junto a bocetos en los que se observa la influencia del arquitecto renacentista italiano Andrea Palladio y del británico Inigo Jones, del siglo XVII, en la obra de Kent.

La música clásica, los efectos luminosos y el sonido del canto de los pájaros en la sala evocan la primavera y sientan al visitante en un banco de un jardín inglés tres siglos atrás.

Una de las ambiciones del versátil artista era la reforma de las Casas del Parlamento, el gótico edificio victoriano a orillas del Támesis que alberga las cámaras de los Comunes y los Lores.

Kent hizo el proyecto de la restauración exterior y la del interior de la Cámara de los Lores -la cámara alta del parlamento británico-, pero, aunque sus planos se muestran en la exposición, las obras nunca se llevaron a la práctica.

Los edificios clásicos que construyó contrastan con su estilo barroco en la pintura y los muebles.

Sillones de tapicería de color bermellón y madera revestida de oro llenan el espacio junto a mesas, lámparas de techo bañadas de plata, butacas, centros de mesa dorados, peanas y alacenas de caoba con detalles metálicos.

Muchos de estos muebles proceden de casas de campo británicas de grandes nobles y aristócratas para los que Kent trabajaba.

Un grandioso autorretrato de Kent, en el que se dibuja como uno de esos aristócratas con un vestuario lujoso pero sin dejar de sostener la paleta y los pinceles, sirve para abrir la exposición.

Desde ese inicio, un laberinto de pinturas, bocetos, libros ilustrados y un prototipo del palacio real que quería construir llenan el espacio hasta llegar a la sala final, que Julius Bryant, comisario de la exposición y conservador de pintura del Victoria & Albert, califica como "el paraíso".

En contraposición al parterre francés, formal, simétrico, florido y extremadamente cuidado y detallista, William Kent diseñó el jardín inglés, "que es muy natural y parece un paisaje silvestre", explicó Bryant a Efe, el cual suele tener estatuas y grandes estanques de agua rodeados de mucha extensión de parque.

Un documental proyectado en la pared en esa sala final recuerda sus jardines y pone el broche final a una exposición sobre el arquitecto que definió los gustos de la era georgiana, un periodo determinado en el terreno musical por el compositor alemán Georg Friedrich Händel (1685-1759).

William Kent nació en Yorkshire, al norte de Inglaterra, en una familia modesta de padre carpintero y ebanista, y se convirtió en el hombre más importante de su época.

"Fue como una estrella de pop, el David Bowie del momento, un fenómeno de éxito", afirmó Bryant.

Estudió pintura en Roma entre 1709 y 1719 y a su regreso a Inglaterra empezó a trabajar como pintor, interiorista, decorador, diseñador y arquitecto.

"Kent diseñó para una nueva monarquía, una nueva sociedad, un nuevo Londres y una nueva nación. Fue el momento en que el Reino Unido despegó y superó a Francia y España como un gran imperio, centro del mundo occidental. Londres necesitaba nuevos edificio que reflejaran eso", afirmó Bryant.

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