Woody Allen se ofreció a trabajar gratis en una película si se cancelaba el estreno de 'Manhattan'

  • • El realizador Robert B. Weide repasa la vida y obra del director neoyorquino en `Woody Allen: el documental´.

    • El largometraje desvela el proceso creativo que Woody Allen lleva a cabo en cada una de sus películas.

Woody Allen, junto a la máquina de escribir Olympia que le sirve para escribir sus guiones
Woody Allen, junto a la máquina de escribir Olympia que le sirve para escribir sus guiones
Lainformacion.com
Julio Vallejo | aviondepapel.tv

Woody Allen es el crítico más duro de su trabajo. Manhattan, uno de los filmes más reconocidos del realizador, no acabó de convencerle en un primer momento. Él mismo llamó a United Artist, el estudio que producía el largometraje, para evitar que se estrenase. A cambio se ofrecía a trabajar gratis en otra película.

"Si a estas alturas esto es lo mejor de lo que soy capaz, no deberían darme dinero para hacer películas", se repetía una y otra vez Allen.

Es una de las muchas anécdotas que se recogen en Woody Allen: el documental, un filme dirigido por Robert B. Weide, que repasa la vida y la obra del cineasta estadounidense.

El responsable de obras maestras como Delitos y faltas o Annie Hall ha accedido por primera vez a que un director documente con una cámara su particular proceso creativo.

Es cierto que el actor y realizador había dejado que Barbara Kopple mostrará su faceta como clarinetista en el filme Wild Man Blues, pero nunca hasta ahora se había implicado tanto en una obra que aborda sus orígenes, su carrera, sus relaciones sentimentales y su forma de trabajar.

Además, Weide ha contado con las intervenciones de gran parte del equipo técnico y artístico de las películas del neoyorquino, donde destacan los nombres de Penélope Cruz, Scarlett Johansson, Diane Keaton, Sean Penn, John Cusack, o Dianne Wiest, entre muchos otros.

A través del largometraje, descubrimos que el lugar preferido para trabajar del artista neoyorquino es su dormitorio. Allí es donde suele redactar sus guiones para películas y sus esporádicos cuentos.

Lo hace siempre en una máquina de escribir Olympia que compró cuando tenía 16 años. Si por alguna razón tiene que añadir algún fragmento de otros escritos, Allen se limita a recortarlo y graparlo en las hojas que utiliza como borrador. Después, él mismo es el encargado de pasar a limpio el resultado final.

Antes de empezar un guion, no obstante, acude a un cajón donde acumula todas las ideas que ha ido apuntando en diversas partes del mundo. Una vez que elige el tema, suele terminar el guion muy rápidamente. Esa es una de las razones que explican que ruede una película cada año.

El documental también descubre que el gran secreto de Allen para dirigir intérpretes consiste en no agobiarles y reforzarles su autoestima con comentarios sobre el buen trabajo que realizan. La mayoría de ellos dan lo mejor de sí, porque, como comenta el actor Josh Brolin en el documental, quieren complacer al realizador neoyorquino.

Allen y las mujeres
En la cinta de Weide, el responsable de Zelig también desvela que Diane Keaton, protagonista de gran parte de sus películas y una de sus exparejas, fue la principal responsable de su interés por los personajes femeninos.

A partir de su relación con la intérprete estadounidense, Allen comenzó a escribir esos jugosos papeles de mujer que toda estrella anhela interpretar.

El genio norteamericano tiene, además, buenas palabras para la mayoría de las actrices que han trabajado con él. De Diane Keaton comenta que es la persona que más le ha hecho reír y destaca, asimismo, el trabajo más allá de la mera técnica de Scarlett Johansson y Penélope Cruz, dos de sus recientes musas.

Incluso le dedica elogiosas palabras a Mia Farrow, la actriz que protagonizó una escandalosa ruptura con el director. Allen destaca la versatilidad interpretativa su expareja sentimental y considera que el talento de la protagonista de La semilla del diablo estaba infrautilizado hasta que comenzó a trabajar con él.

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