Yuja Wang: En 2015 me tomaré un año sabático para no hacer ni sudokus

  • La pianista Yuja Wang (Pekín, 1987) es tan menuda -1,50- como irreductible en su decisión de ser independiente. Acaba de editar "Fantasía", un disco de "filigranas""tan Disney como clásico" que "seguro""biseará" en alguno de los 120 conciertos que tiene solo este año, un carrerón que ha decidido parar en 2015.

Madrid, 12 mar.- La pianista Yuja Wang (Pekín, 1987) es tan menuda -1,50- como irreductible en su decisión de ser independiente. Acaba de editar "Fantasía", un disco de "filigranas""tan Disney como clásico" que "seguro""biseará" en alguno de los 120 conciertos que tiene solo este año, un carrerón que ha decidido parar en 2015.

La artista ofrecerá mañana un concierto en el Auditorio Nacional, el miércoles en el Palau de la Música Catalana de Barcelona y el domingo en el Auditorio Miguel Delibes de Valladolid.

"Cuando termine todos mis contratos -tiene actuaciones firmadas hasta finales de 2014-, tengo pensado en concederme un año sabático para no hacer nada, ni sudokus", bromea Yuja Wangen una entrevista con Efe.

Mientras echa miradas de reojo a su móvil, desde el que mantiene en contacto con sus más de 2.000 seguidores en Twitter añade que "haré cualquier cosa menos tocar el piano. Quiero estar en mi casa -vive en Nueva York desde los 16 años- sin hacer nada, ver películas, pasear... No quiero siquiera tener conexión a internet".

Wang, que tras firmar en 2009 con Deutsche Grammophon, el mismo año que logró su primera candidatura a los Grammy, se dio un "baño de veteranía" con dos intensos encuentros con Rachmaninov -con la Mahler Chamber Orchestra y con Claudio Abbado-, ha querido ahora "premiarse" con una regresión a la infancia.

El disco se llama "Fantasía" en honor al "Aprendiz de brujo" de Paul Dukas y la película de Disney, la que, junto a una representación de "El lago de los cisnes", le hizo comprender, a los 6 años, que había nacido para la música.

Para grabarla se ha inspirado en la versión que hizo Victor Staub pero adecuándola a sus manos y cree que el resultado final es "estupendo".

"Fantasía" son 24 "miniaturas", "haikus" en acordes, con los que ella agradece, en forma de "bises", el entusiasmo del público al final de sus conciertos.

"Este repertorio es mi personalidad. Son los tesoros que guardo en mí, los que mejor me describen, de una forma personal e íntima, tan bienhumorados como demoníacos", se ríe.

"He querido encontrar la 'caja mágica' en el que cupieran Dukas, Rachmaninov, Strauss, Scriabin, Schubert, Liszt o Chopin... y creo que el resultado es muy interesante".

Entre ellos destaca piezas como las variaciones de Vladimir Horowitz para "Carmen" de Bizet o la "Triana" de Albéniz: "me encanta España, me fascina el color de su música... y el jamón, el sol, el vino", se ríe de nuevo.

"Me siento conectada con el país y Barcelona es una de mis ciudades favoritas. Quizá venga aquí en mi año sabático", especula.

Iba a titular el disco "Mis héroes" en homenaje, precisamente, a Horowitz, del que también ha elegido la transcripción de la "Danza macabra" de Saint-Saëns.

"Es el pianista. El mejor. El único capaz de ser explosivo y además contar una historia. Cuando le escuchas parece que sólo estuviera tocando para ti", se emociona.

Este icono para muchos diseñadores de Estados Unidos, que ven en ella la "percha perfecta" -talla 34- para sus creaciones, sigue empeñada en mantener contra viento y marea sus sólidas convicciones, sean estas de repertorio o de moda.

Wang, el equivalente femenino de sus compatriotas Lang Lang y Yundi Li, eligió para su actuación del verano pasado en el Hollywood Bowl, en Los Ángeles, un ceñido vestido corto naranja con tirantes cruzados en la espalda y "la armó".

"Sorprendió mucho al público y originó una considerable controversia, es verdad, pero lo importante es la música, no como voy vestida. Soy joven y la música clásica sólo necesita personalidad y eso nada tiene que ver con lo que uno se pone para actuar".

"No es ni falta de respeto ni desdén por las convenciones. A mí me gusta ser así", remacha enfundada en un diminuto vestido negro con una sola manga y botas de plataforma.

Provocar el escándalo en el "sanedrín" de la música clásica por sus atuendos, añade, sólo le alienta: "lo importante es que lo que hago sale de mi corazón y en eso no hay peros". EFE

cb/ea

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