Zombies y stop-motion para niños y mayores en "El alucinante mundo de Norman"

  • Tras "Los mundos de Coraline", desde la productora de animación en stop-motion Laika siguen apostando por un cine infantil artesano que se abre al lado oscuro de la vida y aun así didáctico en "El alucinante mundo de Norman", una película de zombies para niños y mayores con el viejo encanto de la serie B.

Mateo Sancho Cardiel

Madrid, 28 jun.- Tras "Los mundos de Coraline", desde la productora de animación en stop-motion Laika siguen apostando por un cine infantil artesano que se abre al lado oscuro de la vida y aun así didáctico en "El alucinante mundo de Norman", una película de zombies para niños y mayores con el viejo encanto de la serie B.

"Creemos que la muerte, el acoso escolar o la diferencia son temas que no se pueden dulcificar, que están ahí y que es bueno que las familias hablen de ello en sus casas", ha explicado Travis Knight, ejecutivo y animador de Laika, en un encuentro con la prensa para presentar su nuevo mecanismo de precisión en el que se oyen las voces de Casey Affleck, John Goodman o Anna Kendrick.

"El alucinante mundo de Norman" se estrena este viernes en las pantallas españolas y es otra pieza de artesanía engendrada en Oregón (Estados Unidos) al servicio de la historia de un niño incomprendido en plena América profunda pero que verá la oportunidad de convertirse en héroe cuando su pueblo sufra una invasión zombi.

"Norman puede ver a los muertos y es un don de difícil aplicación, pero sirve de metáfora para cualquier rasgo que nos diferencia, sea el arte, una ideología política, una cultura o una orientación sexual. El conformismo no lleva a la grandeza. Hay que dejar volar aquello que nos distingue", resume Knight.

Esa reivindicación de la minoría que empapa la película parte de sus propios creadores, que consideran que "animación parece que implica un género determinado y, si se mira históricamente, en los orígenes no era así. 'Blancanieves' o 'Pinocho' combinaban mucho mejor la parte oscura de sus relatos de lo que ahora se hace", asegura.

Y, además, el universo zombi es tratado, por un lado, con la escena y la música "funk" de las películas de serie B de los 70, pero también con la voluntad de poner un corazón a los muertos vivientes.

"Norman empieza tratando a los zombis como los del pueblo les tratan a él, sin esforzarse por comprender qué es lo que les pasa y pensando que son como en las películas", describe el animador y productor, que asegura que esta película ha necesitado cuatro años de elaboración hasta llegar a las pantallas del mundo.

"No tenemos nada en contra de los ordenadores, que son capaces de hacer cualquier cosa. Pero a veces, quien lo maneja tiene un abanico de ideas reducido. En el cine en stop-motion (que se rueda plano a plano con muñecos de plastilina) hay un artista moviendo a su obra cada segundo y eso le da un encanto y una belleza distintos".

Ese trabajo pausado pero constante hace que "cuando se empieza una película como esta, es mejor no estar pendiente de las modas, porque lo que estaba a la última cuando empezaste se ve antiguo cuando la acabas. Así que intentamos concebir algo único y duradero y hacerlo de la mejor manera posible", asevera.

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