MÁS DEL 40% DE LOS ADOLESCENTES DE TANZANIA ESTÁN SIN ESCOLARIZAR, SEGÚN HRW

- Este país tiene una de las poblaciones más jóvenes del mundo: un 43% tiene menos de 15 años. Cerca de 1,5 millones de adolescentes de Tanzania, que suponen más del 40% del total en el país, están excluidos de una educación secundaria de calidad pese a la decisión del Gobierno de este país de hacer gratuita esa fase educativa, según aseguró este martes Human Rights Watch (HRW) en un informe.
El informe, de 109 páginas y titulado ‘Yo soñaba con terminar la escuela’: obstáculos a la educación secundaria en Tanzania’, examina las dificultades, algunas de ellas arraigadas en políticas gubernamentales anticuadas, que impiden que más de 1,5 millones de adolescentes de ese país asistan a la escuela secundaria y causan altos índices de abandono escolar debido a la mala calidad de la educación.
Esos problemas incluyen la falta de escuelas secundarias en las zonas rurales, un examen que limita el acceso a la educación secundaria y una política gubernamental discriminatoria para expulsar a las niñas embarazadas o casadas.
“La eliminación de los pagos y gastos por matrícula para ingresar a la escuela secundaria en Tanzania ha significado un gran paso en el mejoramiento al acceso a la educación secundaria”, dijo Elin Martínez, investigadora de derechos del niño de HRW y autora del informe, quien añade: “Pero el Gobierno debe hacer más para abordar el hacinamiento de las aulas, la discriminación y el abuso que socavan la educación de muchos adolescentes”.
HRW entrevistó el año pasado a más de 220 estudiantes de secundaria, adolescentes no escolarizados, padres, expertos en educación, activistas locales, socios para el desarrollo y funcionarios del gobierno nacional y local en ocho distritos de cuatro regiones de Tanzania. La investigación coincidió con el lanzamiento del plan de educación secundaria gratuita para los estudiantes del nivel I al nivel IV en todo el país.
La educación ha sido una prioridad nacional para sucesivos gobiernos tanzanos desde su independencia en 1961 y un 22% del presupuesto 2016-2017 está asignado a esta área. HRW apunta que Tanzania, un país de bajos ingresos, también cuenta con una de las poblaciones más jóvenes del mundo: un 43% de su población tiene menos de 15 años.
Desde 2005, el gobierno ha tomado medidas importantes para mejorar el acceso a la educación secundaria, incluido el compromiso de construir escuelas secundarias en cada departamento administrativo. Sin embargo, Human Rights Watch encontró que, en algunas áreas remotas y rurales del país, los estudiantes tienen que viajar hasta 25 kilómetros para ir a clase y muchos no tienen una escuela secundaria en su barrio. Algunos adolescentes no asisten a la escuela debido a otros costes relacionados, como el transporte, los uniformes, los libros o el alojamiento en una residencia.
EXAMEN OBLIGATORIO Y ABUSOS SEXUALES
Muchos niños se ven excluidos porque reprobaron el examen obligatorio para terminar la escuela primaria. Debido a que los estudiantes no pueden repetir esa prueba, fallarlo una vez normalmente significa el final de sus días escolares. Desde 2012, los resultados del examen han afectado el acceso de aproximadamente 1,6 millones de niños a la educación secundaria.
Según datos del Banco Mundial, menos de un tercio de las niñas tanzanas que ingresan a la escuela secundaria inferior se gradúa. Las escuelas expulsan rutinariamente a las alumnas que están embarazadas por haber cometido ‘delitos contra la moralidad’. Las regulaciones gubernamentales también obligan a las niñas que se ven obligadas a casarse antes de cumplir 18 años a abandonar la escuela. Se calcula que unas 8.000 chicas abandonan la escuela cada año al quedarse embarazadas.
Human Rights Watch encontró que los funcionarios escolares realizaban pruebas de embarazo obligatorias regulares, una práctica que considera “abusiva y discriminatoria”. En la mayoría de los casos, las niñas no pueden volver a matricularse después del nacimiento de sus hijos o no pueden hacerlo debido a la falta de apoyo en la comunidad o acceso a servicios de primera infancia.
Además, el informe indica que la educación secundaria de calidad sigue siendo inaccesible para la mayoría de los adolescentes con discapacidad. A pesar del amplio plan de educación inclusiva del Gobierno, a menudo las escuelas están insuficientemente equipadas o no cuentan con los recursos necesarios para acomodar a esas personas y la mayoría de los profesores carecen de capacitación en educación inclusiva.
La práctica generalizada de los castigos corporales que a menudo adopta formas brutales y humillantes en las escuelas de Tanzania también afecta la asistencia escolar, asegura Human Rights Watch, que recalca que el castigo corporal sigue siendo legal en Tanzania, pese a suponer una violación de sus obligaciones internacionales. En las escuelas que visitó HRW, los maestros usaban rutinariamente estas prácticas, incluyendo palizas con las manos, palos de bambú o de madera y otros objetos.
Por último, el informe señala que las estudiantes están expuestas al acoso sexual generalizado y, en algunas escuelas, los profesores varones las persuaden o fuerzan a mantener relaciones sexuales, mientras los funcionarios rara vez reportan los abusos sexuales a la policía y muchas escuelas carecen de un mecanismo de denuncia confidencial.

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