ALASKA ESTÁ EN RIESGO DE UN TSUNAMI DEVASTADOR COMO EL DE JAPÓN EN 2011

- Las olas podrían viajar a lo largo del Pacífico. El fondo marino de Alaska (Estados Unidos) tiene una estructura geológica con potencial para que se produzca un tsunami en un área que se consideraba benigna, pero podría desencadenar un maremoto como el que azotó Japón en 2011, el cual mató a unas 20.000 personas y dañó tres reactores nucleares de la central de Fukushima.
Ésta es la conclusión principal de un estudio realizado por 11 investigadores de instituciones de Canadá, Estados Unidos y Francia, y publicado en la revista ‘Nature Geoscience’, donde precisan que las olas del tsunami también podrían afectar más al sur y llegar hasta otras costas norteamericanas, Hawái y otras partes del Pacífico.
Los tsunamis pueden ocurrir cuando las placas gigantes de la corteza del océano se sumergen bajo la corteza continental adyacente, un proceso denominado subducción. Algunas placas se atascan durante décadas o siglos y entonces se acumula tensión hasta que de repente se deslizan entre sí, produciendo un gran terremoto. El fondo oceánico puede desplazarse hacia arriba o hacia abajo, ese movimiento se transfiere al agua superpuesta y crea una onda superficial.
El tsunami de Japón en 2011 fue sorprendente porque se produjo en parte en un segmento ‘subdesarrollado’ del fondo marino, donde las placas se mueven constantemente y liberan tensiones en pequeños y frecuentes terremotos. Entonces, parte del borde de la placa continental dominante se distanció de la masa principal y se desató una ola que superó los 40 metros de altura cuando un temblor relativamente modesto desalojó esa cuña separada.
Entonces, el signo revelador del peligro es una falla en el fondo marino que demarca el límite de una zona donde dos placas inicialmente se encuentran. Se conocía que existía la falla, pero nadie había entendido lo que significaba.
“PELIGRO”
En el nuevo estudio, los investigadores mapearon la brecha de Shumagin, una zona de subducción progresiva cerca de la costa de la península de Alaska, a unos 600 kilómetros de la localidad de Anchorage, y hallaron una falla similar a la de Japón.
Navegando en un buque de investigación especialmente equipado, los científicos utilizaron nuevas tecnologías para penetrar en el fondo marino con potentes pulsos sonoros. Al leer los ecos, crearon mapas escaneados de la superficie y lo que se encuentra debajo de ella. La falla se encuentra a unos 145 kilómetros en paralelo a la costa y a unos 30 kilómetros hacia abajo. El fondo marino tiene escarpes de unos cinco metros de altura, lo que indica que el suelo de ha caído hacia un lado y ha subido por el otro.
Los investigadores analizaron pequeños terremotos en la región y encontraron un grupo de sismicidad donde la falla recién identificada se encuentra con el límite de la placa tectónica, lo que confirma que la falla puede estar activa.
Los patrones sísmicos sugieren que las propiedades de fricción en el lado de la falla difieren de las del lado terrestre, con lo que la falla puede ser el resto de un temblor del pasado, pero, en todo caso, indica “peligro”, según Donna Shillington, sismóloga del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) y coautora del estudio.
“Con esa gran falla, la parte externa de la placa podría moverse independientemente y hacer que un tsunami sea mucho más efectivo. Se obtiene un movimiento mucho más vertical si la parte que se mueve está cerca de la superficie del fondo marino”, explica Shillington. Es decir, si se saca una pequeña pieza de un plato y se coloca los dos objetos sobre una mesa, un golpeo sobre ésta desde abajo haría que la pieza más pequeña salte más alto que si el plato estuviera entero.
Anne Bécel, del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty y autora principal del trabajo, recalca que el estudio concluye que "esa parte de Alaska es particularmente propensa a la generación de tsunamis".

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