Adiós a Sebastián, el amado sacerdote alemán que llenó a Bolivia de iglesias

Llegó a Bolivia hace 38 años y construyó 70 templos católicos, en una labor pastoral que cumplió hasta el último minuto. A sus 81 años, el padre alemán Sebastián Obermaier murió el martes, sin poder encargarse del madrugador repique de campanas de su parroquia en El Alto, su ciudad adoptiva.

Obermaier falleció de un fulminante ataque al corazón mientras cumplía sus deberes religiosos. De madrugada, tras orar y desayunar, entró a su habitación y luego debía ir al campanario, pero no salió más, relató el obispo de El Alto, Eugenio Scarpellini.

"Viendo que no bajaba de su cuarto, subieron y lo encontraron fallecido, estaba cumpliendo casi 38 años de presencia en Bolivia, iba a cumplir el 23 de octubre 82 años de vida, de los cuales 37 fueron como sacerdote", afirmó Scarpellini.

Su súbito deceso arrancó el pesar de los pobladores de El Alto, de unos 800.000 habitantes y vecina de La Paz, donde el cura alemán era parte indisoluble de su vida. Allí, sobre la planicie de la ciudad, levantó durante años unos 70 templos.

Sebastián Wilhelm Obermaier Mayer nació el 24 de octubre de 1934, en Rosenheim Alemania. "Después de la Segunda Guerra Mundial estuve en contacto con jóvenes de la parroquia y con sacerdotes, además mis padres eran muy católicos, todo ello influyó para decidir mi vida", dijo en una entrevista con el diario La Razón.

Su biógrafa, la periodista Mónica Jiménez, señaló que en 1966 pidió ser destinado a Latinoamérica y llegó primero a Venezuela, donde permaneció por 11 años. En 1978 llegó a Bolivia, el mismo año en que también falleció su madre Filomena.

En sus últimos años él era visto en su ciudad conduciendo un viejo jeep blanco, que incluso le fue robado en agosto pasado y que apareció, al parecer, tras enterarse el ladrón que el vehículo era del cura querido.

Era delgado, de lentes, cabello blanco, frente ancha y con el típico acento gutural de los alemanes. Su espíritu sincero le llevó a tener varios encontrones con autoridades municipales y nacionales, pues no tenía pelos en la lengua para hablar.

El presidente Evo Morales lamentó su partida. "(Quiero) Expresar sentimiento de condolencia por fallecimiento del Padre Obermaier. Padre comprometido con el pueblo alteño y los más humildes #QEPD", escribió en Twitter.

El sacerdote desarrolló una encomiable labor humanitaria. En septiembre de 2003, cuando una revuelta popular contra el gobierno del presidente liberal Gonzalo Sánchez de Lozada, se zanjó con más de 65 muertos y centenares de heridos, puso el pellejo en riesgo, por ayudar.

Obermaier se dio modos para sortear barricadas de piedras y tierra, piqueteros y militares enfrentados para auxiliar a las víctimas.

"Compartimos en aquellos días todo el afán de socorrer a los heridos, dar entierro decente a los muertos, atender a gente en los hospitales que no tenía ni para comer", rememoró Scarpellini.

Durante las fiestas de Navidad, cada fin de año, el cura alemán era esperado como un verdadero Papá Noel, como era apodado, pues se encargaba de distribuir miles de regalos a niños pobres. El año pasado despachó unos 35.000 juguetes.

También sus fieles devotos lo visitaban cada 16 de agosto en su parroquia, acompañados de sus mascotas en la fiesta de "San Roque", pues Obermaier celebraba una misa para personas y animales. Incluso los bendecía a ambos al concluir la ceremonia.

En su inquieta labor apoyó la elaboración de la película "Virgen de Copacabana" que relata la historia de quien esculpió la imagen, el aymara Tito Yupanqui, en el Siglo XVI, y luego fundó un canal de televisión.

Obermaier pidió ser enterrado en su ciudad querida, a 3.800 metros de altitud.

"Cuando un día Dios diga basta y me muero, me siento (sentiré) feliz de morirme, porque Bolivia es 'súper' y el cielo 'súper, súper'", dijo el sacerdote al canal privado de televisión ATB que reprodujo este martes una antigua entrevista.

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