Alemania infiltra a musulmanes moderados en mezquitas para frenar el salafismo

Las fuerzas de seguridad alemanas están preocupadas: saben que su país es un objetivo potencial de los yihadistas. Precisamente por ello, han desarrollado un plan pionero para controlar los principales focos de radicalización: las mezquitas.

Para ello, agentes del Órgano Federal para la Defensa de la Constitución (BfV) se han infiltrado en aquellas mezquitas que son sospechosas de difundir discurso de odio, unas 90 en todo el país.

Allí, analizan los mensajes y vigilan a los susceptibles de haber asumido este mensaje con más intensidad. Pero no solo eso: además de policías, también cuentan con el apoyo de los musulmanes moderados, los más interesados en controlar a los radicales, según informan fuentes alemanas a lainformacion.com

"Los musulmanes moderados pueden entender muchísimo más que un policía los pequeños matices de los discursos y dominan mucho más en lenguaje coloquial, por lo que su ayuda es imprescindible para luchar contra el yihadismo. Están empezando a infiltrarse en estas mezquitas", explican estas fuentes.

El jefe de la lucha antiterrorista germana explicó recientemente en un simposio con miembros de la inteligencia norteamericana que el Estado Islámico utiliza en Alemania una doble estrategia. Por un lado, envía comandos para realizar ataques, y por otro, fomenta en Internet la comisión de acciones terroristas en lugares concurridos como supermercados. El mensaje es claro: ya no hace falta viajar a Siria para cometer atentados.

Otra de las preocupaciones de la policía alemana es el incremento de menores de edad que engrosan voluntariamente las filas del Estado Islámico. El país ha sufrido varios casos de niños que han logrado viajar de Alemania a Siria, entre ellos, niñas de menos 13 años que se han trasladado al Estado Islámico para convertirse en novias y esposas de yihadistas. De hecho, al menos 70 hijos de salafistas alemanes se encuentran en Siria actualmente.