'Ángeles de la guarda' en las aulas: alumnos que vigilan y previenen el acoso escolar

  • Varios colegios de toda España se apoyan en alumnos que están atentos a prevenir y corregir el acoso en las aulas.

    La mayoría de los casos permanecen ocultos a la vista del profesor, por lo que la ayuda de los estudiantes resulta muy útil.

La mayor parte de las veces son los propios niños los primeros en detectar situaciones de acoso en las aulas.
La mayor parte de las veces son los propios niños los primeros en detectar situaciones de acoso en las aulas.
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El acoso escolar puede permanecer oculto durante años sin que las autoridades educativas se den cuenta. Para evitar que una pelea, un agresión o un intento de suicidio se conviertan en los despertadores habituales de una situación de acoso, varias instituciones educativas en España se apoyan en los mismos alumnos para detectar y prevenir este tipo de situaciones.

Hay chicos que, a través de un programa de “alumnos ayudantes”, reciben formación para prevenir, detectar y, si se da el caso, solucionar conflictos entre compañeros que, de no existir intervención externa, pueden derivar en acoso.

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Los 'alumnos ayudantes' del Instituto San Juan Bautista de Ciudad Lineal (Madrid) actúan como radares de su entorno. Estos chicos están atentos y, cuando sospechan que un chico de la clase puede estar siendo arrinconado, vejado o despreciado, activan un protocolo que alerta a profesores y padres. De este modo, consiguen que los casos más preocupantes se desactiven y que los incipientes no lleguen a convertirse en preocupantes.

En colegios de Almería la protección llega incluso a las redes sociales. En muchas ocasiones, los grupos de Facebook o Whatsapp se convierten en instrumentos poderosos para la marginación o la burla a compañeros. Los alumnos de ESO trabajan entonces para evitar que las redes desarrollen liderazgos negativos.

El ejemplo de Finlandia

Ante la aparición de preocupantes situaciones de acoso escolar, Finlandia, uno de los países con mejor sistema educativo de acuerdo a los principales medidores internacionales, implantó el programa Kiva Koulu que ha provocado un descenso notable de este tipo de incidentes.

El modelo, adoptado por varios países de Europa como Holanda, Italia y Reino Unidos, incluye 10 sesiones al año que reciben los alumnos, y en las que aprenden, entre otras actividades, a identificar las actitudes de tristeza o inseguridad que reflejan las personalidades que se están viendo acosadas.

Los profesores que vigilan los abundantes tiempos de recreo en este tipo de droga son inflexibles en cuanto tienen noticia que se ha producido hasta el más mínimo insulto entre compañeros. Simplemente no se tolera. Ni siquiera las risas a costa de los demás, aunque se hayan equivocado. Los niños lo saben… y colaboran.

Cuando llega a oídos de los profesores un incidente de menosprecio a un alumno, un grupo de cuatro profesores evalúa el hecho. Si es grave, se avisa a los padres; si es muy grave, la llamada es inmediata. Y cuando el acoso se produce en grupo, se combate con el mismo grupo.

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