Blázquez llama a "trabajar por las vocaciones" y defiende la "necesidad" de la "fraternidad ministerial"

  • Recuerda a "pobres, discriminados, perseguidos y refugiados" en homilía de la Misa Crismal de Jueves Santo
EUROPA PRESS
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El cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, ha llamado este en su homilía de la Misa Crismal de este Jueves Santo a "trabajar por las vocaciones" y ha defendido la "necesidad" de la "fraternidad ministerial".

"Las promesas sacerdotales renuevan el sí a Dios de cada uno y el lazo de unidad entre todos nosotros", ha señalado el también presidente de la Conferencia Episcopal Española después de pedir a los seminaristas que "incansablemente" oren y trabajen "por las vocaciones".

"La fraternidad ministerial es hoy más necesaria, ya que vivimos frecuentemente en ámbitos inhóspitos e indiferentes a la fe en Dios", ha añadido el prelado, quien ha recordado a los presbíteros, por su parte, que "tienen la tarea de acompañar a las personas interesadas en el camino del discernimiento de acuerdo a la enseñanza de la Iglesia y a las orientaciones de los obispos", tal como recoge el 'Amoris laetitia', la segunda exhortación apostólica postsinodial del Papa Francisco.

En su homilía, Monseñor Blázquez ha tenido palabras de recuerdo para las "muchas formas de indigencia" que "necesitan ser iluminadas con el Evangelio", como "los pobres y empobrecidos, los descartados y excluidos, los discriminados y perseguidos, los tirados en las cunetas de la vida o los desplazados por la guerra y refugiados".

"Evangelizar es anunciar y testificar que Dios está cerca, que viene a salvarnos. Evangelizar es comunicar buenas noticias de parte de Dios", ha declarado el cardenal, el cual ha recordado que todas esas personas "pródigas" que se encuentran "solas, lejos, hundidas, sin libertad y sin futuro" son "las personas para las que Jesús ha sido enviado como Evangelio en persona".

Por otro lado, el arzobispo, que este Jueves Santo ha cumplido 75 años, ha reclamado la participación de su grey para la colecta para Tierra Santa que se celebrará el día de Viernes Santo, como cada año, y cuya recaudación irá destinada a la formación de candidatos al sacerdocio, al fomento de las peregrinaciones, a la actividad educativa y cultural, a la conservación de los Santos Lugares, a la ayuda a las víctimas de la guerra y al servicio de los necesitados.

La Catedral Metropolitana de Valladolid ha acogido la Misa Crismal, principal manifestación de la Iglesia local en la que el obispo celebra la Eucaristía rodeado por su presbiterio y los ministros. Esta misa, en la cual se consagra el santo crisma y se bendice los demás óleos, es una manifestación de comunión de los presbíteros con el propio prelado.

Con el santo crisma consagrado, se ungen los recién bautizados, los confirmados son sellados y se ungen las manos de los presbíteros, la cabeza de los Obispos y la iglesia y los altares en su dedicación. Con la Misa Crismal se da paso en la Diócesis de Valladolid a los días del Triduo Pascual, jornadas centrales de la liturgia de Semana Santa.

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