El protocolo de vigilancia está compuesto por más de 50 puntos de control y observación a lo largo de la cuenca y ha sido diseñado unificando los datos y experiencia de anteriores años, ha precisado la confederación en una nota.
La implantación de este protocolo se ha intensificado en las últimas semanas tras detectarse vertidos "abusivos" en algunos cauces como el del arroyo Salado de Porcuna, entre las provincias de Córdoba y Jaén, y la Comisaría de Aguas ha diseñado por ello un despliegue especial con la presencia de siete agentes medioambientales coordinados por el Servicio de Calidad de las Aguas de Córdoba.
Este protocolo concreto incluye labores de vigilancia nocturna y en fines de semana, y fruto de esa labor se han iniciado procedimientos sancionadores contra siete plantas de procesado de aceituna, además de recogerse numerosas muestras de vertidos que están siendo actualmente analizadas.
La Comisaría de Aguas de la CHG ha advertido que algunos de estos vertidos industriales se vierten al alcantarillado público, apareciendo posteriormente en los colectores municipales y ocasionando la mezcla de sustancias de proceso industrial con las aguas residuales urbanas y la consecuente aparición de fenómenos en los cauces que dañan el medio ambiente como malos olores, restos de grasa y espuma.
Las aguas derivadas del proceso de almazaras contienen una carga contaminante muy elevada que, en caso de descarga a los cauces de ríos y arroyos, puede provocar que desaparezca el oxígeno disuelto, pudiendo dar lugar a episodios de mortandad de peces y demás fauna acuícola. Asimismo, el vertido incontrolado de estas aguas de proceso, según su intensidad, puede producir también que el agua de un tramo de río pueda resultar incompatible con usos posteriores.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios